lunes, 24 de marzo de 2014

Sobre mis hijos XXI: de sobremesa

La comida de ayer fue muy divertida, siempre hablamos mucho comiendo, tenemos largas sobremesas tocando diferentes palos. En realidad podría marcarme un "sobre mis hijos" después de cada comida de domingo.

El caso es que ayer de pronto el niño nos dice:
- Yo tengo un objetivo ... - ahí paró unos nano-segundos en los que mi mente rauda y veloz, exploró todas las posibilidades de objetivos que podría plantearse la criatura: inventar una vacuna contra enfermedades letales, viaje a la luna, tener un zoo... Este último objetivo cuadra más con la mentalidad del crío, la primera ni de coña. Pero claro, esta frase viniendo de un chaval con una auto-exigencia tan baja que raya en la inexistencia, me hizo temer que terminaría con algo inesperado, y así fue -... mi objetivo es conocer a mis bisnietos.

Mientras mantenía una sonrisa congelada para no chafar al niño, mi mente iba como una bala: VENGA YA!!! ¿¿conocer a sus bisnietos???, pero qué clase de objetivo es ése para un niño de 9 años, si no lo tengo ni yo a mis 40, ni me lo he ni planteado. La niña interrumpe mis pensamientos matizando sabiamente como siempre:

- pues para eso tendrás que tener hijos muy joven
- ajá, eso es lo que pienso hacer, tenerlos muy joven 
- ya, pero eso no depende solo de ti. En eso de los hijos mandan más las mujeres, así que a saber lo que piensa tu mujer
- pues elegiré una con el mismo objetivo que yo de conocer a los bisnietos

Ay madre, qué esfuerzos titánicos tuve que hacer para no partirme de risa. Me le imagino buscando novia que comparta su objetivo de conocer a los bisnietos y me da un tabardillo. Benditas ideas que tiene.

Al rato comenté sin esperar respuesta lo cansada estaba y me dice muy serio: "¿No será que te estás envejeciendo?". "No hijo, tranquilo, que me acabo de poner como objetivo conocer a mis bisnietos".
Me devolvió sonrisa de oreja a oreja, en plan, mi madre sí sabe de la vida.

domingo, 23 de marzo de 2014

Lo mejor de la semana; me quedo con dos

Siguiendo el ejemplo del blog 1piña , que acabo de incorporar a mi lista de lectura, voy a hacer mi selección de los dos mejores momentos de la semana:

1. Gracias a mi falta de memoria visual, cada día disfruto de la "nueva" ubicación de mi oficina. Lo de "nueva" hay que matizarlo, llevo allí desde septiembre, la friolera de 6 meses, pero como decía, ese defecto mío se convierte en una suerte en estos casos. Cada mañana cuando salgo del metro y paseo hasta el edificio en el que trabajo, voy disfrutando del entorno, de los edificios, de las azoteas... Es un gran momento cada mañana, una recompensa por el madrugón.

Fotos: SAMUEL SÁNCHEZ  ( http://www.elpais.com/especial/gran-via/fotos-edificios-emblematicos )






2. Ya ha vuelto marido de sus dos semanas de trabajo en Costa Rica. Se me han hecho eternas, y es una gran alegría tenerle en casa. Aparte de por motivos sentimentales  - que le quiero y esas cosas -, también por motivos prácticos. Esta familia está organizada para que funcione con dos adultos al cargo, y cuando falta uno de los dos se nota mucho. Mola tener en quien delegar, mola mucho.
Aunque mañana vuelve a salir de viaje pero son solo dos días, que eso está chupado para nosotros.

Feliz Domingo

domingo, 16 de marzo de 2014

Flojera y un poco de todo

Domingo, 9 a.m., ya he desayunado y me he vuelto a la cama. Uno de los mayores placeres del mundo. Primero remoloneo un poco, y luego saco un catálogo de IKEA o el netbook para darme un paseo por el mundo bloguero.
Paso por el mío y oh, mi última publicación fue hace casi dos semanas. Ahora mismo pongo remedio. Pero ¿tienes algo que contar?, no, ¿alguna idea aunque sea absurda y poco interesante?, tampoco. ¿Hablo de mis últimos libros leídos?, me da pereza. Bien, este post promete.

La explicación a que haya estado tan ausente es sencilla: flojera existencial. Estoy con poca energía para este mundo, porque en mis otros mundos se están llevando toda.

En el trabajo, creo que os conté que hace poco más de un mes me han cambiado de grupo de trabajo, dentro de mi mismo departamento. Había un equipo con muchos problemas y que no sacaba adelante el trabajo y decidieron reforzarlo metiendo a la moi, en ese marroncete.
Pasado un mes concluyo que el principal problema no es ni el trabajo en sí mismo - muy similar al del resto de grupos del departamento que funcionan bien -, ni la aplicación informática, ni el cliente. El principal problema es una de las integrantes del equipo, que es más mala que un dolor, y contamina a todo el grupo. Porque además no es una mala como las de las películas, ¡qué gusto de malas esas a las que se las ve a distancia porque tienen cara de mala, pelos de mala y mirada de mala!. No, aquí las malas vienen camufladas y no se comportan como malas todo el tiempo. Esta es de voz dulce, melosa, que hace que te ayuda pero te da por culo, que entre una cosa y otra como quien no quiere la cosa, te ha hecho tres comentarios que te dejan cabreada con el mundo. Siempre crítica con la empresa, con el trabajo, con todo. Y lo mejor, no la rasca, pero se justifica por su baja motivación debida a los jefes que nos explotan. Un dechado de virtudes, vaya.
El caso es que a mi me consume mucha energía, me paso la jornada entre un, "venga, si no es tan chunga" y un "vade retro satanás". Cansa.

En casa, también tengo mucho curro porque el padre de las criaturas está en otra de sus sesiones de viajes, en este mes se hace un combinado Costa Rica - Oslo, que le va a tener ausente casi todo el mes. Con 9 y 10 años que tienen mis churumbeles ya no dan mucho trabajo, pero aún así todo es para mi.

En este momento se me acerca el niño y me dice: mamá tengo una buena y una mala noticia, la buena es que me gustan las zapatillas que me has dejado, la mala es que la camiseta no.
El habla mucho con eso de "buena y mala noticia", y siempre, tiene alguna pega con  la ropa que le dejo para ponerse.

Ayer en la comida estuvieron contando muchas cosas del cole y no se por qué motivo surgió el tema de que en la ESO estudiarían otro idioma más. Rápidamente la niña dijo que ella elegiría alemán, y el niño dice: "pues yo cogeré gallego, porque es más fácil". Ahí lo llevas hijo mío, vamos a hablar con Rajoy a ver qué tal incluir en Madrid como segundo idioma el gallego.

Y hasta aquí el parte informativo de hoy. Os dejo que tengo que remolonear un poco más en la cama antes de ponerme en marcha. Que tengáis un buen Domingo.

martes, 4 de marzo de 2014

Pesadilla absurda ( o no )

He tenido una pesadilla espantosa. Resulta que estaba embarazada de gemelos, por la noche me ponía de parto y nos íbamos al hospital. Al llegar notábamos que algo raro pasaba porque nadie nos atendía, las enfermeras y médicos iban de aquí para allá, como si estuvieran de mudanza. Finalmente nos explicaban que tendríamos que irnos a otro hospital, porque justamente los martes por la noche se organizaban timbas de cartas en ginecología, para rentabilizar el hospital. Reíros, pero en el sueño era de pánico, además tal y como van las cosas, igual algún día hasta no es tan de sueño. Volvíamos a mirar bien y efectivamente ese trajín era porque estaban poniendo mesas redondas y preparando todo tipo casino. En cuestión de segundos aquello era las Vegas.

Nos recomendaban que nos fuéramos al Ramón y Cajal, donde las timbas eran solo los viernes. Salíamos a la calle y parábamos un taxi, que justo cuando iba a subir veía que no era un taxi sino una especie de camioneta abierta por los lados, tipo las que se ven por los poblados caribeños. El taxista en cuestión era un indio que no hablaba nuestro idioma y se empeñaba en no arrancar hasta no pronunciar perfectamente “Ramón y Cajal”. De infarto. Para colmo mi marido estaba tan tranquilo y riéndose.

Me he despertado con dolores como de parto y con una mala leche totalmente justificada… (ejem). A mi santo le ha caído bronca por tomárselo todo a la ligera. No digo más.

Lo de los sueños no deja de sorprenderme. Primero por lo surrealistas que pueden llegar a ser, y por las temáticas que no vienen a cuento. Pero lo que más me alucina es que puedas sentir dolor como en la vida normal. Me sentía totalmente de parto. Y recuerdo una vez que soñé que me mordía un perro y me desperté con dolor en la pierna donde me había mordido. Por cierto, ¿esto le pasa a más gente, no?. No me asustéis diciendo que no.

Yo sueño mucho. Uno de los motivos es que madrugo demasiado, siempre tardo en dormirme (ese siempre no transmite suficientemente el infierno que es cada día, tardar en dormirse). Y siempre me cuesta madrugar (idem paréntesis anterior). Justo cuando me tengo que levantar, estoy en lo mejor de un sueño, por lo que muchos días recuerdo lo que he soñado. A veces mientras me ducho ya se me olvida, otras veces me quedo todo el día impactada con el recuerdo. Hoy, por ejemplo.