jueves, 11 de mayo de 2017

Sensación de ser mayor vs. sensación de juventud

Hace tres años y dos meses que me quedé embarazada de mi tercera hija. Como sabéis los habituales de esta casa, tenía 40 años, frente a los 29 y 30 que tenía en el embarazo de los mayores, y me sentía mayor para tener un hijo. Incluso creía que la gente al verme embarazada también pensaría que era mayor...

Aparte de la preocupación normal y lógica de que pudiera tener problemas en el embarazo por edad, es que yo me sentía mayor. Por mucho que mi ginecólogo me dijera que tenía más embarazadas de cuarenta que de treinta, y que no tenía que haber ningún problema. Por mucho que lo viera entre amigas y compañeras, yo me sentía mayor.

Ahora veo las fotos del final del embarazo, con la barrigota y me veo guapísima y para nada mayor.

Tres años después, con mi pequeña de dos años y cinco meses, os digo que me siento mucho más joven que hace tres años. Esta maternidad me ha rejuvenecido. Ojo, que digo que me siento joven mentalmente, no que lo sea, el físico y el cuerpo es el que corresponde a mi edad. Que por mucho que cambie la sociedad y tu percepción, nunca he creído esas tonterías de los cuarenta son los nuevos treinta. No mira, cuarenta son cuarenta, treinta son treinta, cincuenta son cincuenta. Desde el punto de vista biológico la edad es la que es. Ahora bien, tú puedes sentirte más joven o más mayor, y lo mismo con tu forma de vestir y con tu forma de actuar. No se si me estoy explicando.

El caso es que yo creo que me sentía mayor porque siempre pensé tener hijos antes de los 37, pero primero no acompañaron las circunstancias, y luego la cosa no funcionó cuando intentamos un muy breve periodo de tiempo. Sin embargo funcionó tres años después, de forma inesperada aunque muy deseada. Y por mucha ilusión que me hizo ser madre de nuevo, mi coco no acaba de encajarlo.

Ahora tengo a mi pequeña conmigo, con sus risas, las alegrías que da, y yo me siento joven y activa. Me compro ropa más colorida, me pinto más las uñas de rojo y me siento más juvenil, independientemente de que sea consciente de la edad que tengo acompañada de una nueva tendinitis en este caso en el hombro izquierdo. Hay unanimidad en que la tendinitis ya superada del derecho y la nueva del izquierdo, es de tanto coger a la niña en brazos, lanzarla al aire y demás tonterías que le hago. Lo se, pero no me importa. Lo voy a seguir haciendo, y la tendinitis tendrá su tratamiento para curarse. Pero mi enana no va a ser así de enana eternamente y lo quiero saborear a tope.

Ay, me tiene loca de amor. Ahora ha incorporado otra nueva palabra mal pronunciada al catálogo. En lugar de decir "no funciona" dice "no funsuña". Como además coge el mando e intenta poner su canal infantil, coge el móvil e intenta ponerse un video, pues claro, está todo el día: no funsuña. Porque la niña es espabilada, y sabe apagar y encender la tele, pero marcar canal 79, pues no. Se pasa la vida probando cosas y diciendo apenada su lindísimo "no funsuña".

El otro día fuimos de compras y ella se eligió este sombrero, que no se ha quitado los días de sol, y estos zapatos. ¿Cómo no la voy a adorar?...



martes, 2 de mayo de 2017

Kimi no Na wa (Your name)

Aprovechando que hoy es festivo en Madrid, y tras leer esta entrada de Ro, nos hemos ido a la sesión matinal de los cines Verdi a ver "Kimi no Na wa" (Your name), del director Makoto Shinkai




Además de ser el anime más taquillero de la historia, es una preciosidad de película. Tienes disfrute visual, sonoro y la historia es muy bonita.
La primera parte es alegre, divertida, perfectamente fusilable por Hollywood. Hacia la mitad, la historia da un giro, y definitivamente te deja enganchado a la pantalla hasta el final.

Es una pena que en Madrid solo la ponen los Renoir y los Verdi. Estos últimos solo en sesión de 11:30 de la mañana o 22:30 de la noche.
Yo entiendo que la promoción que tienen las pelis americanas no tengan comparación con las del resto del mundo. Pero cuando se hacen preciosidades así, deberíamos enterarnos y tener la oportunidad de disfrutarlas.

He ido con mis dos hijos mayores y a los tres nos ha encantado, a pesar de que en principio el único fan del anime es el Niño. La hemos visto en versión original subtitulada, y creo que es un plus para disfrutarla. La versión original siempre da pereza al principio, pero al final la película gana. En este caso la sonoridad y entonación del japonés, en esas vocecillas juveniles, es una delicia.

Una película muy recomendable.