jueves, 25 de julio de 2013

Sobre mis hijos XVII + despedida por viaje

El sábado por la noche durante la cena me dio un momento de esos ñoños que me dan de vez en cuando y entre bocao y bocao de la pizza me lancé, en una exaltación del amor maternal a decirles que eran los mejores hijos del mundo. Sin comentarios. A lo que el niño muy serio contestó:

-          ¿Pero nos prefieres a nosotros a cualquier otro hijo?
-          Por supuesto – esa soy yo, que seguía con mis niveles de exaltación en tó lo alto –
-          ¿Nos prefieres incluso más que tener de hijo a Albert Einstein, Selena Gómez o Lady Gaga? – matiza la niña

Casi me atraganto de la risa que me dio. Demasiado lo de saberse el nombre propio de Einstein (Albert Einstein, no simplemente Einstein). A la tal Selena no tengo el gusto de conocerla pero será algún personaje de las pelis de Disney Channel. Y por último Lady Gaga, hombrepordios, pensarán que es lo más ser su madre, jajajajajaja.
Curiosa combinación de personajes los que compiten en la categoría de "mejor hijo posible".

El sobre mis hijos de hoy es breve, aquí termina, ya que no me ha dado tiempo a recopilar más momentazos desde el último publicado, pero no lo quería dejar para la vuelta, puesto que voy a estar ausente tres semanas como tres soles.
La emoción y los nervios que tengo ante el inminente viaje son para verlos.
Este mismo sábado partimos rumbo a San Francisco…






Tras unos días saldremos a hacer un recorrido por los parques nacionales como Yosemite…



Y de allí a Las Vegas, donde pasaremos unos días, celebraremos el cumpleaños de la niña, y ¡nos vamos a volver a casar!. Mi marido que es de ese perfil disfrutón que se apunta a un bombardeo, me lo planteó un día con los niños delante. Y claro, los niños alucinaron ante la posibilidad de asistir a la boda de sus padres. Yo soy mucho más sosa que ellos y me he resistido, pero al final he dado el “sí quiero”, je. Ya os contaré cómo acaba la cosa…




Luego estaremos un par de días en Los Angeles, y de allí subida por la costa hasta San Francisco, pasando por Big Sur, Santa Cruz, Carmel….



Un beso y ¡hasta la vuelta!

martes, 23 de julio de 2013

Ventajas del verano

Cuesta mucho más ver las ventajas de algo cuando no lo tienes justo delante, cuando no lo estás viviendo o ya lo has perdido. El otro día me di cuenta de lo bien que se duerme en invierno, con un buen pijama y el edredón. Y eso es algo que nunca valoro cuando lo estoy viviendo, sino en las noches de verano. 
Así que voy a hacer un censo de ventajas del verano haciendo el “esfuerzo” (entrecomillo porque estoy haciendo un poco de trampa, yo soy fan del verano, el reto será hacer esto mismo en invierno) de valorar justo lo que tengo ahora:

- Madrugar es más agradable menos doloroso que en invierno. Dentro de lo malo, el tener luz natural, poder abrir la ventana y que entre aíre renovado en la habitación, ayuda. Prueba a abrir la ventana en invierno, que te muestre la negrura de la madrugada y te ponga la habitación a cero grados, ahora me río.

- Tardas menos tiempo en vestirte. Yo en invierno voy a trabajar siempre en pantalones, y en verano en falda. Y por una sencilla razón, a las 7 de la mañana no soy capaz de ponerme las imprescindibles medias del invierno. Hay que reconocer que el tiempo invertido en vestirse es la mitad en verano. Esos ropajes, el abrigo, la bufanda, puf, prendas de castigo. Nota: Si tienes niños pequeños, cuando ya estén con toda la ropa puesta apunto de salir de casa, tendrán ganas de hacer pis y/o beber agua. No falla.

- Pies en libertad. En realidad todo el cuerpo está más libre en verano, pero la palma se la llevan nuestros oprimidos pies, que se liberan de las botas, botines, calcetines, y pasean en sandalias, bailarinas, y zapatos de piel fina.

- Jornada laboral: la mayoría tenemos jornada de verano, y además, se cumplen en general más los horarios que en invierno. No se por qué, pero al menos en mi trabajo, se es más preciso con la hora de salida, y eso se agradece también.

- Días más largos y más horas de luz. Esta es de las principales ventajas que encuentro en el verano. La luz me da energía, y los días más largos son una alegría.

- Vacaciones. El groso de las vacaciones las cogemos en verano. No hace falta decir más. Tres hurras por las vacaciones hip hip hurra.

- Tardes. Las tardes de verano de días laborables las pasamos en la piscina, las tardes de invierno de días laborables, vigilando que mi hijo haga los deberes (la niña se vigila sola).

- Terrazas. Me encanta tomar algo en una terraza. Esta combina a las mil maravillas con la de “días más largos y más horas de luz”. A las 9 o 10 de la noche en una terracita se está en la gloria.

- Mi tolerancia al frio se vio reducida casi a cero con mi primer parto. Suena raro, pero así ocurrió, cortocircuité mi termostato interno. Mi hija nació el 5 de agosto de un año en el que se batieron records de temperaturas máximas y estando ya en la semana 42. Con un par. Pasé tanto, tantísimo calor, que cambié totalmente mi sensibilidad térmica. Entré al paritorio siendo calurosa y salí friolera. Una flor de estufa, como me dice mi madre.

Hasta aquí lo primero que se me ha ocurrido sobre las bondades del periodo estival, pero encantada de que ampliéis la lista con vuestros comentarios.


Los inconvenientes los vemos otro día, aunque en mi caso se resumen al exceso de calor, con una temperatura más suave sería perfecto, pero nada puede ser nunca perfecto, siempre hay una ración de imperfección en todo. Y eso da para otra entrada o para un blog entero si me apuras.

jueves, 18 de julio de 2013

Premio feedback



El otro día me pasó este premio Alter, que consiste en contestar a una batería de preguntas y pasarlo a cuatro blogs que contesten los comentarios. 

Me gusta el premio por dos motivos, va de libros que es una de mis pasiones y premia el contestar los comentarios. Para mí, lo que engancha de leer blogs, en lugar de otro tipo de lecturas especializadas de la materia en cuestión, es la interacción que se genera. Es decir, para leer de maternidad, de literatura, de viajes, de humor o de lo que sea, seguro que hay una fuente de más calidad – en contenido y en forma – que nuestros blogs. 
El blog te permite una comunicación con personas que no conoces pero con las que tienes algo en común, ya sea una afición, una forma de expresarse que te atrae o unas opiniones que por lo afines o contrarias, despiertan algo en ti. Todo este rollo para decir que me gusta que me contesten los comentarios y contestar a los que me hacen. Aunque a veces yo misma incumplo, porque no se trata de sentirme obligada, y también sigo blogs que no lo hacen. Pero en general, me gusta que se genere esa interacción en un blog, entre el que escribe y los que leen y aportan sus comentarios.

Tras esta larga introducción, voy a por las preguntas:
1. ¿Hay algún libro que no seas capaz de terminar?: Sí, hace tiempo que no me pasa, pero en muchas ocasiones he dejado un libro nada más empezarlo.
2. ¿Cuál es tu género literario favorito?: Depende de la época, pero en general leo de todo: novela negra, juvenil, ciencia ficción, clásicos…
3. ¿Cuál es tu novela favoritísima del mundo mundial?: Muchas veces he dicho que Cien años de soledad (Gabriel García Márquez), pero en realidad es un libro que leí cuando tenía 17 o 18 años, me impactó, pero no lo he vuelto a leer, no sé qué me parecería ahora. Hay muchísimas novelas que me han gustado a lo largo de mi vida, es difícil señalar solo una.
4. ¿Y esa peli que no te cansas de ver?: West Side Story y Shrek, creo que son las películas que más veces he visto sin que me haya cansado de ellas.
5. ¿Por qué te hiciste un blog?: Llevaba como un año y medio leyendo blogs, ya era parte de mi rutina diaria pasarme a leer mis favoritos y comentar. Me apeteció que algunas personas a las que yo leía con tanto gusto, me leyeran también a mí, de manera que el conocimiento fuera mutuo. Ya ha pasado un año y el blog me aporta mucho más de lo que esperaba.
6. ¿Cual es tu novela distópica favorita?: De las clásicas 1984,  George Orwell, que he leído varias veces. De las más actuales Los Juegos del hambre, de Suzanne Collins.
7. ¿Verano o invierno?: Verano sin duda.
8. ¿Te gusta la lluvia?: Pues tengo una relación amor odio con la lluvia. No me gusta por lo que supone para la vida diaria: atascos, paraguas, mojarte los zapatos, no poder tender. Pero sí me encanta ver llover, el olor a lluvia y la sensación de limpieza que deja. Si no va a condicionar mis planes, porque es un domingo sin planes, o por la noche, me encanta que llueva.
9. Tus mejores vacaciones: Espero que las próximas. En diez días estaremos rumbo a San Francisco. De todas formas, no recuerdo ahora mismo malas vacaciones, el concepto vacaciones ya es bueno en sí mismo, hagas lo que hagas.
10. Dulce o salado: Antes era más de dulce, y ahora soy de las dos cosas. Lo mismo me tercia unas trufas de chocolate, que una caña con patatas fritas y mejillones. Una ruina.
11. Escritor favorito: Volvemos a lo de que seleccionar un único escritor me parece imposible. Me gustan muchos, una muestra: Salinger, Eduardo Mendoza, Jonas Jonasson, Katherine Pancol, Paul Auster, Isabel Allende, Jane Austen, etc. etc.

El premio va para:




martes, 16 de julio de 2013

Nemo, gusanos y otros animales

El otro día sin venir a cuento, mi hijo comentó que hace un año murió nuestro pez inmortal que al final no lo era, Nemo. Como fue la segunda entrada que escribí, en un momento en que debía tener como dos lectores, os dejo el enlace AQUÍ por si queréis pasar a ver cómo sufrió mi lechón con esta pérdida. Vivió con nosotros casi 6 años, que para un niño de 7 años que tenía, es una barbaridad. Hasta tal punto fue el sufrimiento que no ha querido tener otro pez, solo ha querido un pez robot, pero real no quiere ninguno porque dicen que no serían igual de buenos que Nemo.

También tenemos desde hace bastantes años al pajarito Lolo, famoso por ser el pájaro que peor canta de la historia de los pájaros.

En este invierno mi hija vino un día con insectos palo, que fueron acogidos con gran regocijo, pero que en dos días, estaban enterrados en la terraza en una maceta próxima a la de Nemo. Nuestra terraza es como una extensión del cementerio de la Almudena.

La última incorporación a nuestra vida familiar fueron unos gusanos de seda, que nos tuvieron buscando hojas de mora por todo Madrid y al rededores, cómo comen los tíos. Insaciables. Se hicieron huevos, luego mariposas, y finalmente pusieron cientos de huevos… No quiero ni pensar cuando todos estos eclosionen. Ahora tenemos todos los huevos en un sobre en la nevera, y allí estarán hasta primavera. Miedo me da.
Como ya conté el verano pasado, durante todo el mes de julio mis hijos van a un campamento de día a un club deportivo a las afueras de Madrid, les recogemos allí y pasamos tarde de piscina. Todos los días me reciben con una larga retahíla sobre bichos, que observan, analizan, meten en botes, y luego devuelven al campo. Aquí una muestra de una chicharra y unos bichos bola:



El viernes se incumplió la última parte de “…y luego devuelven al campo”, y cuatro tijeretas han pasado el fin de semana ¡por error! en nuestra casa. El viernes vinieron a merendar a casa a cuatro amiguitas, una de las cuales trajo las tijeretas, con la emoción de pasarse la tarde jugando a las tinieblas como si no hubiera un mañana, la niña se olvidó al irse de las tijeretas. Terrible. Me lo intentaron ocultar, pero los cuchicheos, miraditas y risitas histéricas, hicieron que el misterio durara unos cinco minutos.


Yo no se a quién han salido estos niños con este amor a todo bicherío viviente, llamadme loca, pero no les encuentro ningún atractivo ni interés.

miércoles, 10 de julio de 2013

Lecturas

Antes de nada, os adelanto que no creo que hablar de mis lecturas aporte mucho, porque la mayor parte de lo que leo en los últimos tiempos son libros amenos, sin grandes pretensiones ni méritos literarios. 
Sin embargo, me apetece hacerlo, para tener aquí un repasito de lo que voy leyendo y que también vosotros me podáis recomendar alguna lectura.
Los últimos que he leído han sido:
-          Divergente, de Veronica Roth
-          Insurgente, de Veronica Roth
-          Diario de Invierno, de Paul Auster
-          La enzima prodigiosa, de Hiromi Shinya
-          Lo que me queda por vivir, de Elvira Lindo
       
Y ahora mismo estoy leyendo Misión Olvido de María Dueñas, me está gustando. 

Siempre me despierta curiosidad la vida de un escritor al que leo, cuando leí su primera novela Tiempo entre costuras, busqué información sobre la escritora: una profesora de Universidad, que publicaba su primer libro con 45 años. Me encanta lo de que en cualquier momento tu vida pueda dar un giro de 180 grados. Esperé que esa primera novela no hubiera sido un golpe fortuito de suerte e inspiración, y que fuera capaz de repetirlo. Y lo ha sido. Me alegro por ella.

Justo antes de leer Diario de Invierno, de Paul Auster, del que ya os conté que me gustó mucho, leí los dos primeros libros de la saga de Divergente de Veronica Roth. Casualmente también se trata de la primera novela de la escritora. 
El primer libro, me resultó entretenido, me recordó a la Saga de Juegos del Hambre, novela juvenil de ciencia ficción distópica. Pero el segundo de la saga, Insurgente, terminó cansándome. Acabé harta de tanto sufrimiento físico, torturas, experimentos con simuladores cerebrales, y amor juvenil. Me gusta picotear de todos los géneros, pero el juvenil de ciencia ficción me satura si no cambio a tiempo.

También he leído en el último mes La enzima prodigiosa, de Hiromi Shinya. No entiendo por qué, pero estos libros a camino entre la medicina y la dietética, siempre me llaman la atención. Luego no hago caso y sigo mi propio ritmo, pero al menos se puede decir que estoy documentada de las diferentes corrientes que van saliendo y que me salto a la torera. En este caso concreto hay ideas en el libro que me han gustado, pero en general, no voy a eliminar los lácteos de mi dieta ni a alimentarme básicamente de granos integrales, por mucha enzima prodigiosa que activen. Estoy pensando que estuve apunto de estudiar medicina, tal vez sea ése el nexo con este género.

Y por último Lo que me queda por vivir, de Elvira Lindo. Me cae genial Elvira, a través de sus libros, se entiende, que a ella no tengo el gusto de conocerla. La estoy agradecida por lo que me ha hecho reír, por ejemplo, con Tinto de verano lloraba de risa. Sin embargo el estilo de Lo que me queda por vivir no tiene nada que ver con el humorístico que tanto domina. Este es un libro intimista que me ha gustado mucho, parece una autobiografía por la sinceridad y autenticidad con la que está escrita. Desde las primeras páginas es como si conoces personalmente a Antonia, una mujer fruto de una época y unas circunstancias (como todas vaya perogrullada, cada una con las suyas) que cuenta su vida en los ochenta como madre separada con un niño pequeño, los recuerdos de su infancia, el pueblo, la tía soltera, su madre que muere cuando ella es casi una niña y los matices de una vida, que hacen que cada uno sea como es. 
En ocasiones, en su descripción de su maternidad es casi cruel para consigo misma. 
Nadie como una mujer para machacarse a sí misma, dominamos el arte de la autocrítica.

Os copio un párrafo que me encantó: “Tengo la poco aconsejable costumbre de juzgarme muy duramente, de hurgar en lo que me produce desconsuelo, pero lo cierto es que si unos ojos inocentes nos hubieran observado aquella mañana de sábado, sólo hubieran percibido la escena tal y como era en su superficie, sin ese análisis despiadado que tantas veces disculpa a los hijos de rencores inconcretos y carga a las madres con un sentimiento de culpa del que quieren toda su vida ser perdonadas”.

Hay muchos libros que leo y de los que no dejo constancia en el blog, voy a intentar poner remedio, aunque sea en forma de entradas breves, de manera que en la pestaña de “Libros” pueda tener recopilada una breve reseña de lo que vaya leyendo.
De los últimos que he leído y que no he dicho nada por estos lares, podría destacar:
Con el corazón en la mano, Chris Cleave. Me pareció muy buen libro, con una historia sobrecogedora, sobre cómo dos mujeres en mundos totalmente opuestos, se encuentran unidas por un suceso. 
Una de esas cosas que descubro con mi absurda costumbre de buscar información del autor, es que Chris Cleave nació en 1973, como yo. Un ejemplo de esas grandes tonterías casuales que me mola saber.

En mi lista de próximos libros pendientes tengo:
- Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury
- Una vacante imprevista, de J.K.Rowling

Aunque en verano siempre leo menos, estoy demasiado ocupada pasando calor y corriendo de un lado a otro para pasar las tardes viendo a mis hijos hacer la bomba tsunami en la piscina.

¿Me contáis qué estáis leyendo vosotros? ¿algo que recomendar?...



miércoles, 3 de julio de 2013

Sobre mis hijos XVI

Esta es la sección que más me gusta escribir de mi blog. Aunque no sería capaz de escribir solo de ellos, porque soy demasiado dispersa, y me resulta inevitable hablar de una peli, un libro y un vetetuasaber, éstas son las entradas con las que mejor lo paso.

El recopilatorio de los mejores momentos de mis hijos en el último mes, dejan este censo:
S. estaba jugando con dos dinosaurios y le oigo que se dice así mismo, en plan voz en off de la historia “eran los únicos de su especie, pero por suerte eran macho y hembra, así que se iban a recrear para que hubiera más dinos”. Quien dice recrear dice reproducir… viene a ser lo mismo, de hecho te puedes reproducir recreándote.

Mi hijo es muy madrugador, así que muchos domingos se levanta y se queda él solo en el salón jugando o viendo la tele, y otras muchas veces mi marido le oye y se va con él al salón. Normalmente la marmota y yo, nos levantamos más tarde que ellos, y cuando lo hacemos nos cuentan qué han estado haciendo. El otro día mi hijo me cuenta que han hecho una guerra de cojines, y yo con mi torrija mental del momento, hago una pregunta retórica, en plan: ah sí, y eso?. “Pues nada mamá, nos ha salido así de natural, nos hemos mirado, y zas!, cojinazo, y así hemos empezado una guerra de cojines”. Me encantó la aclaración de que les salió de natural, la alternativa de haber planificado una guerra de cojines para el domingo a las 8 am suena preocupante.

Estos días de vacaciones, paseando una noche en busca de terraza donde cenar – me pongo nostálgica solo de recordar esos momentos – pasamos al lado de un músico callejero que imitaba a Elvis Presley, muy preparado él, pelo engominado, chaqueta de cuero y todo el kit de imitación muy currado. Se produjo uno de esos momentos en que uno de los dos inicia un comentario, y el otro está de acuerdo y le secunda, y se pueden enrollar dos horas dándose argumentos que justifican su teoría. En este caso el líder de opinión que inició el tema fue el niño:

      - Pues a mí este tipo de músicos no me gusta
- A mí tampoco
-  Porque a mí en la calle pidiendo dinero por música solo me gustan los abuelitos con acordeón, porque a esos abuelitos se les nota que lo necesitan…
- ¡Justo eso iba a decir yo!
-  Porque este ya te digo yo que esa cazadora, bien arregladito… este no lo necesita como un abuelito de acordeón
-  ¡Hombre! Y esa guitarra que no la tengo ni yo que no estoy en crisis… (yo les digo a veces que somos unos afortunados, que la crisis no nos ha golpeado de cerca, y se ve que el mensaje ha calado en la niña)
- No se puede comparar. Aparte que no me gusta como canta
- Ni a mí

Al rato, después de la cena, discutíamos con mis padres para que nos dejaran pagar a nosotros, y el niño les dice:

      - Abuelos, dejad que paguen mis padres, que se os va a gastar todo el dinero…
      - ¿Y me ves tocando el acordeón? – le pregunta mi madre aguantando la risa
      - No, el acordeón lo tocaría el abuelo, tú tejerías, que es lo que hacen las abuelitas que piden dinero en la calle.


lunes, 1 de julio de 2013

Resumen de una escapada playera

Levantarte cuando te despiertas de forma natural, pasear, escuchar el ruido de las olas del mar, oler a crema solar y agua salada, enterrar los pies en la arena, mirar al horizonte, ver a tus hijos saltando olas o cogiendo conchas o construyendo castillos, cenar coquinas y pescaditos en una terraza…. querer llorar el día que te vuelves.

Pensar que solo una buena lotería me separa de esa vida.

Para ser solo cinco días han cundido mucho, pero a la vez ha pasado volando. Solo unos días atrás salíamos de casa cargados, el niño con cinco dragones, la niña con cuatro estuches ¡cuatro! llenos hasta los topes de lápices y rotuladores, y yo con más biquinis de los necesarios. A cada uno le da por una cosa absurda que no necesitaremos en las vacaciones, pero que somos incapaces de no llevarnos en cada viaje. Al ir en tren se disfruta desde el primer momento, me encanta viajar en tren y odio viajar en coche.

Hemos estado en casa de mis padres, así que a cuerpo de rey, sin encargarnos de nada y muy mimados los cuatro, demasiado diría yo. Al final me ha dado pena no dejar allí a mis hijos con los abuelos, pero están muy lejos y soy una moñas de mucho cuidado. Empiezo a pensar que están a 700 km y si pasa algo y blablablá, como una gallina clueca con sus polluelos… Al año que viene prometo dejarles al menos una semana, porque el momento de la despedida de ayer fue lacrimógeno, abuelos y nietos abrazados y mirándome con recelo sabedores de que soy la causante de su infortunio. 
Conste que no es que les traiga a una vida de sufrimiento, que se pasan el día con un plan de actividades que ya lo quisiera yo para mí. Las tardes las pasaremos de piscina, hoy no, que tengo que recoger maletas. Ay qué dolor.


Nada más por hoy, que he vuelto … ayyyy