lunes, 18 de febrero de 2019

Repasito rápido a las últimas ocurrencias de la pequeña de la casa

La pequeña está graciosa hasta decir basta. Los cuatro años la han sentado re-bien y nosotros encantados con ella, más aún si cabe.

No quiero que se me olviden estas anecdotillas que con sus hermanos reflejé puntualmente en el blog (etiqueta "sobre mis hijos"), así que voy a ponerme manos a la obra, porque aunque algunas las he puesto en twitter pero no es lo mismo, ¡dónde va a parar!, allí quedan sepultadas en un maremágnum de tuits a los dos segundos de ser escrito. Hay que darle su espacio a la chiquilla en este blog de su madre, como tiene que ser.

Empiezo. Siempre que vamos al Retiro, pasamos por el hospital donde ella nació y mi marido siempre comenta: aquí naciste tú. El otro día, la niña ya cansada del dato, contestó con voz cansina: "siempre que pasamos me recordáis cual es mi hogar, lo mismo que hacía el padre de Vaiana con ella, ains....". Y un suspiro.
Esto nos deja claro que el concepto "hogar" lo tiene pillado por los pelos.
Aparte de que para los que no habéis visto Vaiana (la recomiendo, por cierto, es una peli preciosa), lo del padre de Vaiana iba más en la línea de que la niña no siguiera su instinto marinero y se echara al mar a encontrar otras islas más fértiles en las que asentarse. Llámame loca, pero no veo relación con el hospital en que naciste. Da para muchas risas, pero ya, la relación no la veo.

Otro día la di piedras de un collar de bisutería que se me había desmontado, y la dije que las cuidara bien que eran piedras preciosas, por eso de darle más bombo y tal. Sale corriendo por el pasillo a contárselo al hermano, y éste le dice:
- ¡wuala!, piedras preciosas, como tú
- bueno no tanto

La cría pensaría, son piedras preciosas sin más, con la barrila que me dan en esta casa sobre mi preciosura, lo mío debe estar en otro nivel superior.

Otra que a mi me hizo llorar de risa durante varios días recordándola, fue cuando me la veo toda indignada farfullando: "estoy harta de haber nacido de una tripa, porque se tarda muchísimo en hacerse mayor". Igual pensó que naciendo de un huevo ya iría por los quince años, vete tu a saber.

Y ya la última y más reciente, me dice:
- mamá, me encantan las fotos de tu cuarto
- pues cuando seas mayor y tengas tu propia casa te las regalo
- ¿¿¡¡cómo que mi propia casa???!!! - horrorizada, los ojos que se le salían de las órbitas y las cejas en alto - si yo voy a vivir toda mi vida aquí. Voy a tener dos hijos, un chico y una chica, yo me quedo con la chica que me gustan más, y tú con el chico. Así que de aquí no me puedo ir

La dije que perfecto, que se podía quedar siempre que quisiera y al poquito vuelve a comentarme:
- además ya lo tengo todo pensado, la abuela de mis hijos va a ser Lu - aclaro que se trata de su hermana mayor por si pasa alguien nuevo por aquí -
- tu hermana será su tía y yo seré su abuela
- que noooo mamá - gesticulando al estilo italiano, con las palmas de las manos para arriba - ¡¡¡no ves que yo prácticamente te voy a regalar a un hijo!!!, pues tú vas a ser madre, no abuelaaaa.

Pues ea, que la hermana mayor va a ser abuela y yo voy a seguir siendo madre de un nieto "prácticamente" regalado.

Como veis no nos aburrimos...