martes, 9 de septiembre de 2014

La amistad

Me ha pasado este bonito premio Inmagina. Se lo agradezco, porque además, me da un motivo para escribir, que estoy muy vaga.



He tenido mucha suerte con la amistad. En todas las etapas de mi vida recuerdo haber tenido amigos, y he conservado la relación con algunos de ellos. Otros se van perdiendo en el camino, es natural, cuando las circunstancias te separan, es complicado mantener una relación que necesita de mucho cuidado para que se mantenga.

De niña era mucho más sociable que ahora, realmente necesitaba tener amigos, eran una fuente de inspiración, una forma de divertirme, casi una necesidad. De pequeña, en el colegio, tuve grandes amigas, de las cuales conservo dos. Vivimos en ciudades diferentes y nos vemos poco, pero seguimos en contacto y cuando estamos juntas parece que no haya pasado el tiempo. Yo las sigo viendo igual que siempre, no me cuesta nada entenderlas.

Para estudiar la carrera tuve que cambiar de ciudad y estuve viviendo en una residencia universitaria, donde hice un grupo de amigas con las que lo pasé realmente bien. Fueron unos años que recuerdo buenísimos, de mucho aprendizaje en todos los sentidos, no solo el académico. Trasnochar, jugar al mus, quedarte hablando y fumando en el cuarto de una amiga hasta las tantas, leer libros diferentes, conocer personas diferentes, formas de vivir muy distintas a las de mi familia… De esa época mantengo contacto frecuente con tres amigas.

Luego llegó el mundo laboral. Los primeros años de trabajo fueron muy intensos, trabajaba en una consultora de proyectos y horarios imposibles. Los compañeros de mi primer equipo se convirtieron en amigos, todos éramos recién licenciados, sin experiencia, sin cargas ni obligaciones, con muchas horas para currar y muchas ganas de salir de copas. Con ese grupo seguimos quedando a cenar una vez al año, pero la relación cercana la mantengo con mi amigo O., con el que hablo habitualmente, y quedamos con nuestras familias, que por suerte también encajaron bien. También es de esa época mi amiga A., que es con quien tengo más relación actualmente, porque tenemos hijos de edades similares.

Es como si de cada época, hubiera conseguido quedarme con una pequeña muestra.

Lo que noto hoy en día es que me he vuelto mucho más individualista de lo que era. Sigo apreciando a mis amigos, tanto a los antiguos, como a ligeras amistades recientes a las que me unen circunstancias comunes. Pero no los necesito. Valoro mucho más el tiempo de soledad, o para estar en familia.
En ese sentido el acercarme al mundo bloguero cambió algo en mí que se estaba como atrofiando, porque de pronto sí sentí curiosidad por personas a las que leía, y me inspiraban y aprendía de ellas. Sentimientos que hacía años que no sentía.

Lo que tengo claro es que para triunfar en la amistad, como para casi todo en la vida, se necesita una combinación de:
- Habilidades: no todo el mundo tiene la facilidad de hacer amigos o la intuición para identificar gente afín. Esto de hacer amigos se te tiene que dar bien. Podrás mejorarlo a base de ganas, pero no es igual que cuando sale de forma espontánea
- Suerte: es fruto del azar el compañero de pupitre que tienes en el cole y la gente que va apareciendo en tu camino a lo largo de tu vida. Aunque tengas el punto anterior, si no se da la materia prima, no hay tomate.
- Ganas: hay que querer, sino es imposible. Además la amistad hay que cuidarla, hay que saber dar a cada uno lo suyo y demandarlo de la forma correcta que no agreda ni invada. Mantener los amigos es cansado, gratificante si son buenos, pero cansado.

Relacionando este último punto con el párrafo anterior en el que os decía que me estoy convirtiendo en un cardo borriquero solitario, me sorprenden las personas que mantienen intacta su sociabilidad. Mis suegros encabezan el ranking mundial en eso. Tiene tropotocientos millones de amigos, amiguetes y conocidos. Viajan mucho con amigos, que es algo para lo que yo no valgo, por ejemplo. En los viajes solo me entiendo bien con mi marido. En su casa siempre hay gente, siempre están quedando para comer, para cañas, para lo que sea. El día que les veamos a los dos solos haciendo algo sabremos que hay una nave nodriza de aliens ocupando cuerpos gallegos.

Pues mira, con la excusa del premio, ya me he marcado una disertación sobre mi concepto de la amistad. Lo que no hago es pasarlo de forma nominal, todos los que venís por aquí habitualmente y tenéis un blog, sois blogs amigos, podéis recoger el premio.

9 comentarios:

  1. Qué bueno que existiera el pretexto para la entrada :) Me gusta tu selección de lo que se necesita para "triunfar" en una amistad. Yo no soy de habilidad, pero siempre tuve el favor de Dios en eso: mi camino siempre ha estado lleno de gente bonita. Sin embargo, creo que lo determinante son las "ganas". Muchos años no me interesaron las amistades, y entonces dejé de cultivar mis relaciones, y por supuesto, llegó el momento en que no estaba cerca de nadie. Cuando me interesó, cambió la cosa ;)

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  2. No es que no los necesites, es que con los niños no tienes ni tiempo para acordarte de ellos xDDD

    17+2

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  3. Muy interesante este tema de la amistad y cómo se puede vivir de distintas maneras. H y gente que considera que ya tiene suficientes amigos y no es receptiva, pero es bueno conocer gente nueva en las distintas etapas por las que transcurre una vida, no todas se quedan para siempre, pero todas aportan algo.
    Me gusta disfrutar de los amigos, pero reconozco que no soy muy fan de hacerlo todo en grupo o en pandilla. Me costaría tener que salir por costumbre con la misma gente y prefiero reservar más momentos para mi familia o mi pareja.
    El tiempo y el número de veces que uno sale con alguien no deteŕmina mucho, hay gente con la que no tengo todos los contactos que desearía y que sin embargo considero son grandes amistades.
    Puff qué espesa estoy, lo dejo y me voy a dormir pero sigo con este tema en la cabeza.
    Besos

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  4. Yo de adolescente tendía a considerar a todos como "mis amigos del alma". Con el tiempo me dio cuenta de la diferencia entre un colega y un amigo. Un besote!!!

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  5. Hola Matt, encantada de estar de nuevo por aquí.

    La distancia en tiempo y lugar es a veces o mejor dicho, siempre, la que te hace saber quién es o va a ser una verdadera amiga en el futuro. Cuando el corazón, el cariño y la preocupación está con esa persona, puedes decir con seguridad que ella sí es una verdadera amiga, lo demás, es otra clase de amistad.

    Felicidades por el premio, te lo mereces.

    Apretao

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  6. A mi me pillas en un momento difícil en este tema... sí que sé cual es mi concepto de amistad, pero no sé si es el correcto...
    Es otra de las condiciones para que se dé una amistad: que ambas personas entiendan la amistad de la misma manera. Sino es muy, muy difícil que la relación se mantenga.
    Un besote!

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  7. Es cierto que hay amigos que van y vienen, empezamos en el cole de pequeños, durante la adolescencia se forjan amistades unas duran para toda la vida, otras que pensamos son amistades eternas y se difuminan con el paso del tiempo dejando sólo un grato recuerdo.
    También es cierto que con el paso de los años nos volvemos más ermitaños o más cómodos y necesitamos menos de estar en continua comunicación con los amigos, quizás también porque sabemos que los amigos, los de verdad están ahí siempre.
    Besines preciosa.

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  8. Me ha encantado lo de la habilidad/suerte/ganas. Es cierto que se necesitan habilidades especiales y suerte, pero creo que sobre todo hay que tener ganas. Personalmente no soy de ir por ahí como unas castañuelas haciendo amigos pero con los pocos que tengo intento no perder el contacto, llamarles de vez en cuando, algún email… sin embargo me doy cuenta de que a la gente cada vez le cuesta más "mantener" las relaciones, como si se fuesen olvidando que sigues ahí.
    Besos!

    PD. Maravillosas las ocurrencias de tu niño, me parto!

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  9. Me alegro de que se te de tan bien este tema. Un beso.

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