Esta entrada es realmente continuación de la anterior, en la que apoyándome en una anécdota protagonizada por mis hijos, reflexiono sobre la infancia y lo difícil que puede llegar a ser, incluso para niños con vidas aparentemente felices.
El caso es que mi querida Mo, ha escrito esta entrada contando una experiencia de acoso escolar en su niñez, y al dejar mi comentario, he recordado momentos de esos que curten, y que la verdad, tenía casi olvidados.
Si hace unos días, en frio, me preguntas si tuve algún problema de acoso o burlas en mi infancia y habría contestado que no. Porque de primeras, lo que recuerdo es más lo positivo, como que siempre tuve buenos amigos, de hecho conservo a las que fueron mis primeras grandes amigas. Y en general, tenía una integración social muy buena: era bien aceptada por el grupo, sacaba buenas notas, etc.
El caso es que ahora, a raíz de remover este tema en el blog, he recordado con total claridad un episodio, que supongo que marcaría mi actual carácter. Os lo cuento:
Esto tuvo lugar en el autobús del colegio. Todo empezó de la forma más gilipollesca: resulta que en la ruta me hice amiga de una niña de otra clase, pero que se bajaba en mi parada. Esa niña antes de sentarse conmigo en el bus, se sentaba con otra amiguita suya, a la que parece ser que dejó de lado, porque se lo pasaría mejor conmigo en el trayecto a casa, ¡yo que sé! eso ya es elucubrar. El caso es que la amiga abandonada, empezó a hacerme burlas, a corear en el bus cancioncitas dedicadas a mi persona, a escribir en las ventanas cuando había vaho: matt es tonta, cosas así. No debió durar más de 3 o 4 días, pero lo recuerdo como un gran sufrimiento.
Se me ocurrió contárselo a mi madre. Acabáramos. Mi madre es una persona con una autoconfianza y una determinación que quita el hipo. Según se lo dije, como si la estuviera viendo, ella subida en sus tacones, se gira hacia mí, baja la cabeza a mi altura y me dice muy firme: “pues te doy un día para solucionarlo. O lo arreglas tú, o voy yo al colegio y lo arreglo en tu nombre. Tú decides. Intenta siempre que la gente te quiera, pero si no puede ser así, al menos que te respeten”. No hizo falta más. Me cagué viva, y decidí solucionarlo yo misma. Al día siguiente, con una taquicardia, subí al bus, sabiendo que ese día marcaría un antes y un después. En cuanto E. C. (joder, que me acuerdo hasta del nombre y apellido), se puso a corear sus cancioncitas humillantes, me levanté, fui a su asiento, la agarré de la camisa (blanca con rayas azules y botones) y tiré de la camisa para poner su cara a mi altura. Un botón salió disparado. “Ahora me dices a la cara lo que estabas diciendo de mí”. La niña se puso a llorar a moco y baba. Yo estaba que me temblaban las piernas, pero disimulaba. No recuerdo que más la dije, pero algo tipo que no volviera a reírse de mi o lo lamentaría. Me volví a mi asiento y las niñas me aplaudieron. Ojo, que eran las mismas niñas que minutos antes le seguían el rollo a la otra petarda… el ser humano y sus incoherencias. Nunca más volvió a meterse conmigo E.C. ni ninguna niña del cole.
Luego hubo otro momento más, unos años después, pero no en el cole, fue en la academia de inglés, porque unos niños se metían con mi hermano, y tuve que zurrarme con uno de ellos. También quedó el tema solucionado, y no me marcó tanto como el anterior que os he contado. Esto fue desagradable, porque a pesar de lo que pueda parecer con esta entrada, yo era una niña de lo más pacífica y tranquila, solo en estas dos ocasiones tuve que recurrir a la fuerza. Pero vamos, que fue poca cosa.
A mí la técnica de mi madre me funcionó, me hizo sentir responsable de buscar la solución, lo que no implica que funcione siempre. Dependerá del niño, de la madre, del contexto… De hecho yo con mis hijos habría reaccionado de forma más protectora, creo. Me duele demasiado todo lo que les pasa. Suerte que en este tema no hemos tenido incidencias…
Pues nada más por hoy, ya me conocéis todavía más!. Besos y sed felices.
Yo pase algo similar en el liceo con 13 años, pero la decisión de enfrentarlos la tome yo, mi madre solo me dijo que hablara con el director, lo cual hice claro, pero este no le dio importancia y me dijo que no lo molestara con esas tonterías, los chicos varones de mi clase se burlaban de mi por ser la gordita del campo, se me subían a la espalda y hasta me querían tocar, hasta que después de hablar con el director y estando en biblioteca mirando un vídeo sobre educación sexual uno de los chicos que estaba detrás mio me toco la cola, así que me di vuelta y le di una bofetada en plena clase, sin decir una palabra, a la salida del salón me pregunto por que le había pegado, y le dije "por tocarme el c---", y me dijo que me la daría a la salida, le dije Claro, te espero, te puedo asegurar que nos veremos en la calle. jaja hasta el día de hoy lo estoy esperando, y nunca más ningún "compañero" me molesto; cabe aclarar que la profesora me escucho, y me felicito por ser tan valiente y me pregunto si había hablado con el director, cuando le conté lo sucedido, me dijo que para la próxima hablara con ella, por suerte no hubo próxima vez.
ResponderEliminarSi esto pasara con mis hijas, creo que reaccionaría yendo al centro de inmediato a hablar con todo el mundo, niñ@ abusador incluido.
Besos
Me uno a Maria! En la escuela se burlaban de mi por ser extranjera. Soy Uruguaya y fui a una escuela en Argentina, me hacían la vida a cuadritos!!!! Un día uno de mi clase me toca la cola mientras subíamos por las escaleras para ir a nuestro salón, pero el muy guacho salio corriendo, como si después de eso no lo volviera a ver. Lo mas cómico fue la diferencia de estaturas, yo era la ante ultima de la fila de las nenas y él el primero. Me le pare adelante y le di un cachetazo en frente de todos mis compañeros de clase, (por supuesto que la maestra no estaba en el salón, porque también ellas me defendían muy poco), y la clase quedo muda, solo se escuchaba el susurro "P le pego a H". Y justamente H, me dijo que iba a hablar con la directora, a lo que le conteste que fuera tranquilo que yo le iba a decir lo que el habia hecho. Nunca hablo con la directora.
EliminarY en otro momento un par de compañeros me habian agarrado de saco de boxeo, mi padre hablo con las maestras, y ellas decian que era yo que los provocaba (unas yeguas totales), hasta que un dia mi padre falto al trabajo y me fue a buscar, y justamente se cruzo con mi golpeador, le hablo unas cositas y a partir de ese dia estuve en paz.
Por supuesto que ahora que tengo a mi hija me aterro de pensar que ella pase por eso. Pero por ahora no se lo que psara, si se que la voy a defender a capa y espada.
Un beso!
Pues yo creo que es mucho mejor como tú hiciste, solucionándolo directamente. Como madre es dificilísimo no intervenir, pero a la larga, si el niño puede solo, mejor así. Solo si puede con ello, claro, sino, lo importante es ayudarle como sea.
EliminarBesos!!
Patricia, te digo lo mismo que a María. Ole por tí que lo solucionaste tú misma. Eso es lo ideal. Se pasa mal, pero lo que te queda es confianza en que tú puedes defenderte, y además es mucho más eficaz para que te dejen tranquila los maltratadores.
EliminarBesos!!
Tengo clarísimo que a mí me hicieron bullying durante un montón de tiempo en la escuela, y no tengo que pensarlo mucho. Pero mira, el tiempo lo pone todo en su sitio y, como bien dices, te curte.
ResponderEliminarPues sí, y muchas veces eres la persona que eres, gracias a las vivencias que has pasado, que te pueden hacer crecer y desarrollar facetas de tí, que de lo contrario nunca habrías explotado.
EliminarBesos!!
Yo sabía defenderme bastante bien, pero mis hijos los pobres han sufrido mucho con eso. Más de una vez tuve que ir a quejarme y no me hicieron demasiado caso. Un beso.
ResponderEliminarPobrecillos. Es que lo ideal es que lo resuelva el propio niño, aunque muchas veces, por mil circunstancias eso no es posible. Entonces el adulto interviene, pero eso ya es más complicado, pueden no hacerte caso, o incluso ser contraproducente para tu hijo.
EliminarBesos!!
Tu madre es como lo era la mía, me parece. Ella siempre me animó a defenderme y no dejarme pisotear, pero yo he sido blandengue para eso. Aún hoy, en momentos de tensión o si alguien no me trata con toda la corrección necesaria, no reacciono con el desparpajo que ella tenía (pero por suepuesto, no me dejo tomar el pelo, faltaría más...sólo que se me ocurren las palabras adecuadas media hora después, jejeje...).
ResponderEliminarTuviste el valor necesario para plantar cara, me alegro mucho por ti. Y veo que tu niña ha heredado tu valentía.
Desde luego, estas experiencias nos curten, como bien dices, pero oajalá a Peque no le toque pasar por eso. O si le toca, que sepa defenderse mejor que lo que yo supe...
Un besote enorme!!
Lo mejor es curtirse sin llegar a sufrir. Que las experiencias duras lo sean, sin llegar a ser dolorosas. Pero qué difícil es conseguir el equilibrio...
EliminarBesos!!
Jo, yo no sé ser así :(
ResponderEliminarCuando era pequeña, gracias a Dios no tuve ningun problema en el cole, y menos mal, porque ni me hubiera atrevido a contarlo en casa, ni mucho menos lo hubiera sabido solucionar yo sola (y no tenía hermanos mayores ni amigos grandes que me pudieran ayudar). Ahora por supuesto lo haría de otra manera, algo bueno tendría que tener la experiencia, ¿no?, pero lo de los niños no lo tengo tan claro. A mi hija por ejemplo, no es que la hayan acosado, pero si le han hecho el vacío en algunas ocasiones, y yo cuando me doy cuenta me subo por las paredes. Pero claro, ya tienen 12 años, y yo no puedo coger y defenderla porque lo primero que harían sería reírse de ella. He intentado que reaccione enfadándose y mostrándoselo, porque no les dice nada. Pero cuando les dice algo, la excusa de las otras siempre se la traga, y si no me la mete ella a mí y me dice que es que se había equivocado o algo por el estilo. Así que no puedo hacer nada, solo esperar que madure, y cuando de verdad le interese (el concepto que ella tiene ahora mismo de amigas no es el normal, es algo mucho más superficial), sepa responder.
Otra cosa. Todas habláis, y sé de más casos, de que los padres han ido a hablar con los acosadores directamente, y ahí se ha solucionado el problema. Pero es que también sé de acosadores-llorones que ante sus padres se han hecho los santos, les han contado lo que ellos han querido, y encima les han creído. Y entonces, ¿qué haces?
Menudo temita, menos mal que por ahora no lo sufro.
Claro, esa es otra, el acosador puede ser muy ladino y hacerse la víctima. En mi opinión lo suyo es que los niños lo solucionen solos. Pero hay casos en que eso no es posible, por cómo es el acosado o cómo de animal es el acosador. En esos casos el adulto tendrá que intervenir. Pero entiendo que mejor con los adultos: padres del otro niño, dirección del colegio... Un follón muy complicado.
EliminarBesos!!
Leyendo tus dos post, este y el anterior, estoy muy de acuerdo contigo. Te confieso que tengo muy presente que la frase "son cosas de niños, no le des importancia" no vale. Cuando eres pequeño hay cosas que te hieren, y también personas que se portan mal. Yo también tengo buenos recuerdos y malos a la vez de mi infancia. Y como te metió caña tu madre me parece la leche
ResponderEliminarMi madre me metió caña, pero también es cierto que yo reaccioné ipso facto. Quiero pensar que si me hubiera costado reaccionar, o no hubiera podido con el tema, habría tenido otra actitud más dulce...
EliminarEl caso es que yo me imaginé a mi madre hablando con profes, con la otra madre, etc etc y me dije a mi misma que mejor yo solita, que si no se iba a liar parda...
Besos!!
Yo me he apuntado la lección de tu madre para por siaca
EliminarMe ha encantado la reacción de tu madre...y la tuya dicho sea de paso.
ResponderEliminarYo no tengo conciencia de haberlo pasado mal, mal en el cole. Y la verdad, no se si yo me porté mal con alguien, por lo menos no adrede.
Si no lo sabes es porque no lo hiciste ni lo sufriste. Besos!!
EliminarEs un tema para analizar, porque normalmente los/as abusonas suelen ser gente cobarde que además nunca esperan que les planten cara, en cuanto la persona abusada utiliza el enfrentamiento directo se cagan, y se acabaron los problemas.
ResponderEliminarYo creo que funciona en el 95% de los casos, sólo hay que perder el miedo, o al menos que lo parezca, y amenazar con contundencia, no suele ser necesario nada más.
Otra cosa que funciona es dar a entender que te la suda todo, y que no te afectan lo más mínimo sus burlas, si ven que no hacen daño ni consiguen molestar, se cansan y se aburren, pero es un método más lento.
Besitos
Qué lista eres. Me parece a mí que has dado en el clavo.
EliminarBesos
Es alucinante cómo a veces se coge a una persona de objetivo y a por ella que va todo el mundo... Nos comportamos como ganado, esto es así. Por algo las que habían estando cantando minutos antes se dedicaron a aplaudirte después. Muyyyyy triste. Besotes!!!
ResponderEliminarEfectivamente, la masa es muy triste, siempre lo he pensado. Y además, da miedo.
EliminarHay que mantener el pensamiento individual, y la libertad de actuación, para no dejarse llevar por la masa, que lo mismo dice blanco que negro. Igual queda muy trascendental este comentario ¿? pero así lo pienso.
Besos!!