Recopilatorio mejores frases

Me parece que ésta podría ser de las últimas entrada de 2013, porque en breves voy a estar ocupadísima vacacionenando. Y se me ha ocurrido hacer una recopilación de frases de mis hijos.
Ellos son una parte importantísima de este blog, en el que como el nombre indica blogueo de mi vida. Por cierto, que no me gusta el nombre que le puse al blog. Soy poco creativa, y en este caso me pasé de literal. Pretendía bloguear de mi vida, y así lo llamé, sin darle una segunda vuelta para decir lo mismo de una forma más original… así que ahora tengo un blog con un nombre egocéntrico y que dice poco. Pero así se quedará.
Volviendo al tema, ya os he contado en alguna ocasión que llevo un cuaderno en el que anoto sus ocurrencias desde que empezaron a hablar. Voy a hacer el esfuerzo de quedarme solo con unas pocas frases favoritas, aunque algunas ya las habré contado en alguna entrada.
Allá va mi selección:

El niño con 3 años:
Le estaba leyendo el padre un cuento de animales y le dice algo de las ballenas, apostillando, “las ballenas que son mamíferos como nosotros” a lo que el niño responde lleno de razón “yo mamífero no soy, soy un salvaje, que me lo ha dicho mi profe”.

La niña con 3 años:
A la semana de empezar el colegio de mayores, que iba ella con una ilusión enorme, pensando que allí por fin iba a aprender cosas importantes, y se me acercó con un libro, sus dos coletitas y toda la precocidad y ganas de aprender que le caracterizan: “mamá, enséñame tu a leer, que en el cole no aprendemos nada, solo juguemos y nos peleemos”

La niña con 4 años:
“Mamá, mi cuarto vas a tener que reformarlo” - “¿por? ¿qué problema tiene?” - “No. Ahora mismo ninguno, pero digo para cuando te deje aquí a dormir a las seis hijas que voy a tener, que vas a tener que poner literas para que quepan todas así, chas chas chas (y con la manita haciendo el gesto de camas paralelas del suelo al techo)”

El niño con 5 años:
“mamá, los reyes magos por la noche reparten regalos, ¿por el día qué hacen?, ¿y como van vestidos, con las túnicas capas y todo?”. Grandes dudas metafísicas. Se les debía imaginar yendo a la oficina con camellos y túnicas, y vería que algo no encajaba.

La niña con 5 años:
Hablando de los avances que han tenido lugar, que antes no había tele, ni ordenadores, y que incluso hubo un tiempo que no había agua corriente ni cuartos de baño dentro de las casas, y comenta: “ah sí, yo eso de que no haya váter en casa lo he vivido, que recuerdo perfectamente que cuando era pequeña cagaba en un orinal con forma de tortuga”

El niño con 6 años:
Harto de pedalear en la bici, y nosotros negándonos a llevarla cargando hasta casa, le íbamos motivando en plan, venga que tu puedes, y al final cuando parece que va cogiendo ritmo, le digo “¿ves como las cosas se consiguen con esfuerzo?”, respuesta: “ya, pero yo prefiero conseguirlas rezando”.

El niño con 7 años:
Sale de su primer examen y le pregunto cómo le ha ido y qué cree que ha sacado a lo que me responde: “pensando mal un 3 y pensando bien un 9”. Un resultado muy acotado.

La niña con 8 años:
Hablando sobre la recién jubilación de la abuela: “bueno, la abuela aunque esté jubilada sigue teniendo obligaciones como ir de compras y hacer limpieza general”

El niño con 8 años:
Estábamos alabando mucho las buenas notas que estaba sacando y contesta: “cuando se me interpone algo en mi camino, a veces lo consigo”. Ese “a veces” tan realista me mató.

La niña con 10 años:
“Estamos dando la reproducción, y la verdad, hay cosas que preferiría no saber”