jueves, 7 de junio de 2012

El pez inmortal que no lo era

Durante los últimos seis años, bueno, 5 años y 10 meses para ser exactos, ha vivido con nosotros un pez llamado Nemo. La longevidad del bicho nos acojonó al principio, pero en los últimos años habíamos asumido que vivíamos con un ser inmortal. El pobre soportó una mudanza con rotura de pecera incluida, manos de niños dentro del agua, trozos de sándwich que cariñosamente le daban los niños para que no pasara hambre, olvidos en el cambio de agua, etc. Vaya, que era el pez todoterreno por excelencia.
El caso es que desde hacía dos días no comía. Solo eso, ningún otro síntoma añadido como los que yo recordaba en los peces que había tenido de niña (llagas en la piel, hilos de cacas eternos…). Pero ayer cuando nos levantamos estaba el pobre tumbadico en el fondo de la pecera, y muerto. Hasta para morir ha sido digno el tío, nada de flotar panza arriba y esas cosas de pez muerto normal.
Cuando lo vio mi hijo S. se quedó muy callado mirando a la pecera.
- Ha muerto S. – esa soy yo, por si acaso tanto silencio era porque dudaba-
- …. – silencio, más silencio, y despacio levanta sus ojazos hacia mi y dice: ¿Y qué vamos a hacer con el cuerpo?, porque de tirarle por el váter nada, eh?, a Nemo hay que enterrarle

Sobrecoge, ¿a qué si?, pues eso, que lo hemos tenido que enterrar. Lo de tirarle al váter o a la basura, lo normal vaya, ha sido inadmisible. Así que hemos hecho un entierro en una maceta de la terraza y encima hemos clavado un palito y un cartel escrito por S. que dice “Nemo Nemo Nemo”. Nada más, tres veces Nemo y punto.
Cuando se fue a la cama le oí llorar así que entré a ver que pasaba, y era por el pez. Que penita daba, está claro que no está preparado para perder una mascota. La hermana que oyó el ruido vino al cuarto y muy sensata ella con ese año que les separa que parecen 10 le explicaba: “para mi no ha sido inesperado S, ya sabíamos que no iba a durar para siempre, ha sido como si un humano viviera 200 años, además ahora estará en el cielo de los peces”. Y S lleno de lágrimas contestaba: “que cielo ni cielo, Nemo esta muerto, que os creeis cada cosa”. Es lo que pasa, como es agnóstico desde los 3 años, y eso que va a un colegio religioso, pues las muertes las va a llevar fatal. Pero él insiste en que lo de la vida eterna “no es creíble”. En fin, le lleve un par de trozos de queso, que es lo que más le gusta del mundo, y quieras que no, así las penas se llevan mejor.
Nemo, fuiste un gran pez, descansa en paz!.

15 comentarios:

  1. Descanse en paz Nemo... Ahora, flipo con las respuestas de tus hijos, ella tan racional y cariñosa a la vez, y el pragmático hasta la médula.

    Habrá nueva mascota?

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    1. de momento nos quedamos guardando ausencias a Nemo y con el pajarito Lolo, otra mascota que tenemos también desde hace años. Durante el verano mejor quedarnos así, que sino hay que estar con mucho trajín llevando-trayendo mascotas de las casas de sus padrinos cada vez que nos vamos de vacaciones. A la vuelta de verano ya me han traído una lista con sus preferencias de mascota, por orden: perro, gato, cobaya, hámster y tritón. Así que va a ser tritón. Ya se que tu les apoyarías con lo del perro, pero vivimos en un piso en el centro, y los progenitores de las criaturas no tenemos tiempo para atender al perro!!
      Besos maja!! Y que ilusión me hace que te pases por aquí

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    2. Entiendo lo del perro, pero el gato tampoco es mala idea :-P Los tritones cuanto tiempo viven?

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  2. DEP! Pobre Nemo y pobre S ;-) Como dice Drew, habra nueva mascota?

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    1. como le decía a Drew, por ahora no habrá nueva mascota, peeero, se seguro que tendré que acabar comprando otra. Mis hijos son los frikis del mundo animal.
      Besos!!!

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  3. Pobre!!!pero elocuente
    me encanto tu entrada...un saludo

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    1. Muchas gracias!!, ¿queda muy repetitivo decir que me hace mucha ilusión que estéis por aquí?. Ya lo dejo!, supongo que te acabas acostumbrando, pero ahora mismo que estoy de novatilla total, alucino.
      Besos

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  4. Ay pobre, ¡es que son muchos años!
    Mi último pez fue un plecosthomus llamado Santiago, enorme, con dientes y más feo que un dolor.

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    1. jajajaja, llamado Santiago y con dientes??? vaya pez más raro!!! jajajaja

      sí fueron muchos años, el de la tienda que nos lo vendió no se lo creía cuando ibamos a por comida. Ahí, en su pecerita 6 años, y mi hijo tiene 7, así que una vida juntos...

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  5. Hola!! Te estoy conociendo gracias a Drew, que es la relaciones públicas número uno de la blogosfera (ya lo sabrás...).

    Qué penita por Nemo... La verdad es que el único pez que tuve yo en mi vida no duró tanto ni por asomo. Me ha encantado tanto el intento de consuelo de tu niña como el agnosticismo extremo de tu niño. Vaya dos. Y yo también coincido en que las penas con queso son menos.

    Me quedo por aquí. Besotes!!

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    1. Genial Alter, cómo me alegra verte por aquí . Te leo siempre por cierto! Besos

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  6. Hola guapa.
    Si compras otra mascota, procura que no sea una tortuguita de las de florida. Veo que tus mascotas tienen alta longevidad y te advierto que las tortuguitas crecen a lo bestia. Mis hijos tuvieron dos: Igor y Rita y terminaron en una pecera de 120 litros y se zampaban 1/4 de kilo de boquerones diarios.:)
    Mejor un gato o algo....
    Saludos
    PD. Me gusta tu blog. Si señor.

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    1. Gracias Dolega!.
      Tortugas no tendremos no, que me dan asquito, y ya con lo de 1/4 de kilo de boquerones me has dejado de piedra!!

      Me paso por tu blog que he de reconocer, que no lo conocía (sorry)

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  7. No había leído esta historia!! Vaya que parecía un pez inmortal!!!
    Simpático como lo contas.. y si, cosas de la vida..
    beso

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  8. No lo había, leído, qué cosas, pobrecito pequeño de duelo. Menos mal que había queso. Queso y hermana mayor, que por más que él no crea, siempre es buena la compañía del que está consolado.

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