viernes, 19 de junio de 2015

Cerrado por vacaciones


Voy a ver si consigo emular a mi avatar. Me temo que va a ser difícil, pero la ilusión es lo último que se pierde.

Nos vamos a la playa. Los primeros días estaremos los cinco, y luego me quedo yo sola con los niños. Glub. Tengo ganas y risa nerviosa a la vez. A ver cómo se nos da el plan. Voy a estar sin wifi y no me voy a llevar el portátil, así que como mucho os leeré desde el móvil pero no escribiré nada. Ya os contaré a la vuelta.

Hoy empiezan las vacaciones escolares, durante los próximos casi tres meses estaré con mis tres retoños. A ver si sigo pensando lo mismo de la excedencia o termino el verano desquiciada. Se admiten apuestas.

jueves, 11 de junio de 2015

Seis meses

Seis meses.
Medio año de vida. Me parece increíble.
Seis meses de embarazo fueron como seis años. Seis meses de bebé han sido un suspiro.

Me gusta todo de mi pequeña. Me encanta cómo huele, cómo sonríe, esos dos minidientes, sus caricias suaves en mi pelo cuando la tengo en brazos, sus minipies tan preciosos... TO-DO. Así de ñoña estoy. Aceptaría con deportividad una estampida de lectores porque me lo merezco.

Al final y contra todo pronóstico, he conseguido mantener seis meses de lactancia materna a base de sacaleches eléctrico. La pediatra, matrona, amigos y familia, estuvieron todos de acuerdo en que pretender establecer la lactancia solo con sacaleches era imposible. Que había que intentar que la niña mamara y si eso no era posible, abandonar. Todos se han equivocado. Matt: un punto; el resto de agoreros unánimes: cero puntos.

Cuando en la revisión de los seis meses me han dicho que ya podía empezar con purés de verduras y frutas, casi me pongo a bailar el ganghan style en plena consulta. Mis pezones y yo quedamos muy agradecidos.

Sin embargo, la operación cuchara está costando más de lo que pensaba. Haciendo memoria es cierto que a su hermana también le costó. Al niño no, pero porque con él nunca hay problema cuando se trata de comer.

El triste balance del segundo día de cuchara es:
- en su estómago debe tener unos dos milímetros (tirando por lo alto) de puré de zanahoria
- en su ropa, body, ¡¡¡incluso pañal!!! un 80% del puré preparado
- en sus mofletes, labios, manos y orejas, el resto

Offuuuuu, lo que le cuesta a la tía tragar el puré. Lo ensaliva bien, y cuando ha conseguido multiplicar el volumen de lo que la he metido en la boca, lo escupe.

Yo estoy tan zen y tan buenrollista que hasta me da la risa viendo liarla parda. Con su pobre hermana mayor me ponía de los nervios y pensaba que nunca iba a comer con cuchara. Qué petardos podemos llegar a ser los padres con el primer hijo... Se bien de lo que hablo por partida doble: soy hija mayor y madre.
Lo de ser el hijo mayor es un soberano coñazo. Todo el día abriendo puertas que tus hermanos se encuentran ya abiertas. Ser padres primerizos lo mismo, yo me sonrío condescendiente cuando recuerdo las tonterías y los atufes que me he cogido yo con mi mayor. Y lo que me queda, porque me temo que es inevitable.

miércoles, 10 de junio de 2015

Mi madre

Mi madre, esa mujer que entró al paritorio a tener a su primera hija maquillada, para que yo la viera guapa cuando naciera. Esa mujer.

Mañana viene a Madrid tras pasar los últimos dos meses en el sur, tostándose al sol y caminando como si entrenara para hacer el camino de Santiago. Acabamos de tener una conversación telefónica surrealista
- Nena, estoy saliendo de hacerme una limpieza facial  y ahora voy a que me pinten las uñas. Que me vea guapa mañana mi nieta pequeña
- ¡Pero mamá! ¿estás de coña?. Los bebés no tienen el sentido estético que tenemos nosotros
- Buuueeeenoo, eso dices tú
- ¡Mamá!, no me pongas nerviosa... ¿cómo va a fijarse un bebé en si tienes limpieza facial?
- ¿Ella a tí te ha contado en qué se fija?. Mira nena, de los bebés no sabemos nadie nada, así que yo prefiero hacerlo a mi estilo.

Y punto pelota. Ella es así, no se puede razonar con mi madre cuando se trata de estar guapa.

Más distintas no podemos ser. Cada vez que me cuenta el momento nacimiento de su primera hija, aka yo misma, de verdad que siento vergüenza ajena. ¿Cómo se quedaría el ginecólo cuando la viera entrar en el paritorio maquillada al estilo Dinastía?, prefiero no saberlo, ya bastante duro es imaginarlo. Con lo fan que soy yo de la cara lavada...

En realidad me quejo porque es mi costumbre y lo que llevo haciendo desde que tengo uso de razón, pero en el fondo me gusta que sea así. Si las dos fuéramos tan sosas y pragmáticas como es una servidora, no tendría ninguna gracia la cosa.

Si lo pienso, siempre he buscado en mis amigas mujeres muy distintas a mi, puede que sea algo a lo que estoy habituada por mi relación con mi madre. Mi mejor amiga de la infancia era una gamberrilla y mala estudiante, para contrarrestar lo empollona y responsable que era yo, supongo. Menuda pareja extraña hacíamos las dos juntas.

El caso, que mañana tenemos aquí a la abuela a pasar dos semanitas, porque ya no aguantaba más el mono de ver a sus nietos. Voy a ganar muchas horas al día ahora que no voy a tener que estar enviándole fotos y videos de sus nietos como si no hay mañana.

viernes, 5 de junio de 2015

Tres años de blog

El siete de junio de 2012 escribía mi primer post. Nunca me releo, pero lo he hecho ahora y me da hasta vergüencilla leerme, como vergüenza ajena pero sin ser ajena, que es peor.

Aunque a veces me parece que el tiempo pasa volando, la verdad es que cuando me recuerdo escribiendo esa entrada, soy consciente de que han pasado tres años y no ha sido en balde.
En ese momento estaba inmersa en un máster que me comía mucho tiempo y era el segundo en tres años. Trabajaba en un departamento diferente al de ahora. Tenía dos hijos de siete y ocho años; y yo tenía treinta y ocho. En fin, que en tres años ha cambiado todo mucho. Lo que no  ha cambiado ni creo que lo haga nunca, es el censo que hacía de cosas que me gustan y que me disgustan.

A veces me pregunto por qué escribo un blog y no se qué responderme, ni me importa. Me gusta escribir mi blog igual que me gustaba escribir en mis diarios. El blog no me sirve para mejorar en mi escritura, ni para ganar un dinero extra, ni para ningún objetivo concreto. Y tal vez sea eso lo que más me gusta. Escribo porque sí, porque me apetece, sin esperar nada a cambio.

Sin buscarlo, aquí he encontrado personas estupendas. Aunque no me hago ilusiones porque de la misma manera que un día aparecen otro pueden desaparecer, como ya lo han hecho algunas. Pero mientras dura, disfruto el viaje en compañía.
También he encontrado aquí un espacio para reírme yo sola escribiendo anécdotas de mis hijos, es como disfrutarlas dos veces: cuando ocurren y cuando las cuento. Un espacio para escribir sin orden ni concierto. No me interesa hablar de un tema concreto para "segmentar la audiencia". No, eso no va conmigo, porque como ya he dicho, no me interesa rentabilizar mi hobby, al menos no ahora. Tampoco hago SEO ni nada que se le parezca, aunque me parece estupendo las personas que lo hacen porque tienen objetivos y expectativas puestas en su blog. Yo voy caminando por el parque y el que quiera correr que corra. Seguramente es más sano correr, pero no es mi rollo.

Quiero daros las gracias a todos los que pasáis por aquí, tanto a los habituales como a los que lo hacéis de vez en cuando. Es infinitamente más divertido escribir cuando sabes que te leen y te comentan. Me encanta que algunos esteis desde ese primer post y también me encanta recibir a los nuevos.

Crear el blog fue una idea genial y espero seguir por aquí mucho tiempo más, aunque sea en la forma irregular en que lo hago.

¡Muchas gracias por estar ahí!