domingo, 17 de marzo de 2019

Presentación a alumnos de cuatro años vs. a mayores de treinta

En la reunión de inicio de curso de A., que está en infantil de cuatro años, la profesora nos explicó que durante el año cada niño tendría una semana en la que era el protagonista. Esa semana llevan una cartulina con fotos de ellos, su familia y las cosas que les gustan, hablan de ellos, y los padres van durante una hora a hacer una actividad en clase.
Sudores fríos.
Desde septiembre que nos dieron la noticia hasta enero, no di con el tema para la actividad. Y por fin, la semana pasada fuimos convocados al aula.
El tema que elegimos fue: las plantas. Dimos una charleta súper sencilla sobre la importancia de las plantas, su función, necesidades. Y luego germinamos una semilla.

Yo iba con ganas en negativo. Me he tirado rajando del tema meses. Y al final resulta que ha sido una experiencia buenísima con una audiencia totalmente entregada. He hecho muchísimas presentaciones de trabajo, infinitamente más curradas, sobre temas de los que soy especialista, y la audiencia se ha mostrado aburrida, cabizbaja y con nula participación. Qué penita cómo nos marchitamos con los años.

En el aula de A. no fue así. Ya nada más entrar la profesora le dijo que nos presentara y ella empezó: "esta es mi mamá, se llama M.". De pronto una mano levantada y un niño rubiales deseando decir algo. Le dan la palabra, y dice "Yo vi una peli de una niña que se llamaba M. y me gustó mucho". Esa fue la precuela del nivel de participación que nos íbamos a encontrar.
Proyectamos el ppt de 5 diapositivas y en todas y cada una, incluida la portada, había unas 15 manos levantadas deseando participar.
"Yo una vez pisé una planta"
"A mi me gusta comer mandarinas y tienen semillas"
"El hermano de mi papá fue a un desierto, allí no hay plantas"
"Las plantas beben agua y yo también bebo mucho"

Y ya cuando pusimos la diapositiva de una escena de bambi para ilustrar que las plantas son la casa de los animales... ahí la audiencia de 4 años desbordó
"Yo una vez vi bambi pero me quedé dormida y mi hermana luego me dijo que fue muy bonita"
"En los árboles viven los búhos"
"En el campo viven los conejos"
....

Y ya no es solo lo participativos, siempre respetando turno de palabra con manos en alto, eran las caras de interés y de ilusión máxima.

Después de la presentación, germinaron cada uno una semilla de judía, entre algodones húmedos y lo metieron en un vasito con su nombre para verla crecer en casa.

Cuando nos íbamos nos despidieron con aplausos, tirando besos, y diciendo adiós con la manos.
Una experiencia magnífica y eso que yo iba en modo grinch.

Qué agradecidos y qué ganas de aprender se tienen a los 4 años.
Qué nos hace la vida para que nos vayamos marchitando y dejando la energía y las ganas en el camino...