Grandes momentos

En los últimos días hemos tenido grandes momentos para cada uno de nosotros, que seguramente para otras personas serían momentos normales. Ahí va el censo:

- Para el niño:
Salir del cole muerto de la risa, rememorando con su amigo J.S. ese momento del día en que estaban todos de pie puestos en la fila, la profe se agacha a coger algo del suelo y justo cuando tiene la cara a la altura de la cadera de J.C a éste se le escapa un sonoro pedo.
Intentar contárnoslo a su hermana y a mi y no ser capaz por el ataque de risa. Llorar de risa, casi ahogarse de risa. Y así, durante toda las semana cada vez que lo recuerda.

- Para la niña:
Emoción máxima porque tiene que aprender para gimnasia rítmica un baile consistente en doscientas pirivueltas, espagar, rizo en el aire y movimientos de brazos y piernas que descoyuntarían un cuerpo de adulto. Nota en spelling un 10, nota en mates un 9,5. Invitación para fiesta de halloween en casa de las mellizas. Semana espectacular para la niña.

- Para mi ( y espero que también para marido, pero eso está sin confirmar):
Cena en la que ninguno de los dos niños, ¡ninguno!, coma con las manos y se limpie con la manga del pijama. Una vez dormidos cual angelitos, darles un beso y verles tan lindos. Irme al salón a ver la tercera temporada de Juego de Tronos con marido, acurrucados bajo la manta y bien repanchingados en el sofá. PLANAZO.