viernes, 18 de septiembre de 2015

Cómo cambia la vida cuando menos te lo esperas

Hoy la pequeña está durmiendo más de lo normal. Yo me levanté a desayunar con los mayores antes de que se fueran al cole y volví a la cama pensando que era cuestión de minutos que se despertara la Bella Durmiente, pero no, ahí sigue plácidamente. Y a mi me ha dado por pensar en lo mucho que ha cambiado mi vida en el último año y medio.

Hace un poco más de año y medio no pensaba tener un tercer hijo, ni estar de excedencia tras la baja maternal. A estas horas llevaría hora y media trabajando, habría dormido mal, con un sueño ligero por la falta de cansancio físico y el agotamiento mental, me habría echado a la calle sin desayunar a subirme en el metro para llegar a fichar a tiempo a las ocho de la mañana.

Ahora tengo a mi hija mayor empezando la ESO, yendo a entrenar a baloncesto tres tardes a la semana, volviendo del cole sola a casa porque tiene horarios bastante incompatibles con el Niño que sigue en primaria y con la bebé.

Hace año y medio me sentía en mucha peor forma física que ahora. A pesar del embarazo, parto, lactancia y crianza, me siento mucho mejor física y mentalmente de lo que estaba. Cuando no me despierta la bebé duermo profundamente, cosa que hacía tiempo que no me pasaba. Desayuno con hambre, en pijama, sin prisa. Doy dos largos paseos como mínimo al día. Persigo el gateo loco de mi bebé, acompaño a los mayores a comprar material escolar, y por un motivo u otro, me muevo mucho durante todo el día.
Como y ceno antes de que me entre el hambre atroz devorador. Y todo ello ayuda a que me sienta mucho mejor.

Muchas de estas cosas no van a ser posibles cuando vuelva a trabajar en quince días, pero me pregunto si seré capaz de mantener algunos de los buenos hábitos adquiridos. Ahora parece fácil, pero cuando suene el despertador y sienta la prisa mezclada con el sueño en mis venas, no seré capaz de desayunar. Cuando vuelva a casa a las cuatro de la tarde, me resultará difícil no devorar cualquier cosa. El cansancio mental del trabajo intenso no te da la tranquilidad para tomar las mejores decisiones para tu cuerpo.

No me da pereza ni miedo volver al trabajo por el trabajo en sí mismo. Se que en poco tiempo estaré al día porque soy buena trabajando. Y esto no lo digo como una chulería, lo digo porque es así, y tampoco tiene un mérito especial. Primero porque he tenido suerte con el tipo de empresa en el que trabajo y el tipo de jefes que tengo. Segundo porque trabajo de forma muy intensa, muy concentrada en lo que hago. No dejo de sorprenderme la actividad frenética en redes sociales de algunas personas durante su jornada laboral. Ahora que yo estaba en casa he alucinado con algunas personas que no paran de tuitear, de subir fotos a instagram, de comentar en blogs etc. cuando están en la oficina.

Yo cuando estoy en el trabajo estoy atenta al trabajo y lo normal es que eso de buenos resultados.

Así que lo que me da pereza y miedo de volver al trabajo es principalmente dejar a la pequeña al cargo de otra persona, seguido del destrozo físico al que seguramente volveré en cuanto mi biorritmo deje de ser el actual.

Echaré de menos no ver a mi bebé despertarse y darle su desayuno. Y también echaré de menos que hacer recados no sea misión imposible, comer antes de desfallecer, pasear y tener tiempo para mil cosas que antes me parecían inaccesibles.

Iba a terminar la entrada aquí, pero al releerme me he dado cuenta de que no puedo dejar de mencionar que estos últimos diez meses han sido maravillosos en gran parte gracias a que he contado con ayuda en casa. Nada sería tan genial si además de criar tuviera que fregar, planchar y limpiar el polvo. He sido muy afortunada por podérmelo permitir y por tener una pirámide de prioridades en las que prefiero no comer y no cambiar de ropa, pero que alguien me ayude con la casa. Yo me encargo de los niños con gusto incluso cuando están pesados, con mocos y latosos. Pero con las tareas de la casa es otro cantar, así que desde aquí de nuevo mi agradecimiento a M, que no me lee, pero que gracias a ella soy mucho mejor madre de lo que sería si tuviera que hacer yo lo que hace ella.

30 comentarios:

  1. Así es, la vida cambia de un momento a otro sin que te lo veas venir. Para bien o para mal. Y en tu caso ha sido para mucho bien. ;)
    Me alegro de que hayas podido disfrutar de esta tercera maternidad, y de que alguien te ayude con la logística casera.
    Besotes!

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    1. En mi caso el cambio ha sido para bien claramente. A pesar de las ganas de tener a la pequeña desde que supe la noticia, también pensé que esto iba a ser mucho más duro de lo que ha sido. Si llego a saber el cambio tan positivo que tendría en mi vida otro hijo lo habría tenido mucho antes.
      Aunque también te digo que lo he disfrutado tanto porque ha llegado con los niños ya mayores y autónomos, y yo más madura y con todo más claro. Si llego a tener otro hijo seguido detrás del segundo igual me daba un chungo.
      Un beso

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  2. Me alegro mucho de que hayas disfrutado de este tiempo (y qué bueno es eso de poder contar con alguien que te eche una mano). La verdad es que yo tampoco sé de dónde saca el tiempo alguna gente para estar en las redes sociales desde la oficina. Yo en el curro desconecto los datos del móvil para poder centrarme en lo que hago, si no, siento que el tiempo no me cunde nada. Un besote!!!!

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    1. La ayuda en casa ha sido solo de unas horitas, pero esas horitas me dan la vida.
      En cuanto a la gente que está continuamente conectada al mundo virtual en el trabajo, salvo contadas ocasiones de personas que tienen trabajos con muchos tiempos muertos, en la mayoría de los casos no les cunde. Te lo digo porque tengo compañeros en esa situación, je. Dicen: '¡ya son las 10! que poco me está cundiendo'. Claro, no te jode, entre el wasap, face, tuiter y demás, si además te cunde en el curre eres un súper héroe disfrazado.

      ¡Un beso!

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  3. La vida te ha concedido esos meses de felicidad y paz. Ahora procura llevarte todas esas cosas buenas a la etapa que emprendes.
    Suerte!!!

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    1. Procurarlo lo procuraré, pero lo veo difícil. Ya me pasa siempre después de las vacaciones que intento aplicar mejoras, del tipo: me levanto antes para no salir con prisa y desayunar en casa. Y me dura una semana, porque al final me puede el sueño y el dejarme llevar.
      Un beso

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  4. Hola: no sabes lo bien que te entiendo cuando detallas el estado de agotamiento, cansancio y hambre con el que regresas a casa después de la jornada laboral... es una pena pero es una realidad... al final no nos dá tiempo a 'perder' el tiempo con las cosas de nuestros hijos... Me alegra leer que este tiempo en tu casa fue super enriquecedor y que gracias a la ayuda de M. pudiste dedicarte al cien por ciento a tus hijos... Me daría pereza regresar al trabajo pero entiendo que no hay otra solución... ánimo y ya nos contarás... seguimos en contacto

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    1. No hay otra solución. Volveré con pena pero intentaré ver la parte positiva, que básicamente es la nómina. Realmente la nómina es lo único que he echado en falta estos meses :)
      Un beso

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  5. Yo, cuando trabajaba fuera de casa, a toda mi jornada la llamaba la Gymkana. Vístete, viste a los niños, llévales al cole, vete a tu cole, trabaja, depilate, haz recados, recógelos de nuevo y continúa hasta acostarles. Y si tienes tiempo y te acuerdas, alimentate. Y también contaba con ayuda en casa. ¡Sólo faltaba! Ahora que ya sabes todo eso, tómate tu tiempo para todo. Intenta cumplir con tu cuerpo y contigo misma. Ya nos contarás si lo consigues. Besotes.

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    1. Lo intentaré pero se por otras veces que cuesta más de lo que ahora me imagino. Al final me dejo llevar por la vorágine, el cansancio y la falta de tiempo...
      Un beso

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  6. Ay Matt, qué lástima. Pero bueno, tú al menos sabes que vuelves a trabajar a un buen sitio. Tengo una amiga que está de baja, y le dan ataques de ansiedad solo de pensar que tiene que volver a trabajar, está realmente amargada. Y la cosa no tiene solución.
    Piensa que vas a tener muchas ventajas al ser los niños más mayores, menos dependencia, podrás salir a la compra sola con la bebé, incluso a ratos a lo mejor la puedes dejar con la mayor. Cada época tiene sus cosas buenas, y tú ahora mismo estás disfrutando las dos. ¡Besitos a la "mollona"!

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    1. Tienes razón que una gran suerte que tengo es que en mi trabajo no tengo problemas. Me cuesta madrugar, me cuesta lidiar con la falta de tiempo y la pérdida de libertad para establecer yo mis horarios... Pero por lo demás, tengo en el trabajo un entorno agradable.
      Un beso

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  7. Seguro que te las arreglas bien porque eres muy organizada. Un beso.

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    1. Gracias Susana. Siempre tienes buenas palabras para nosotros. A mi me ves organizada y a mis hijos maduros. Nos miras con muy buenos ojos.
      Un beso

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  8. Me alegro mucho de que todo haya sido para bien!! Me acuerdo de tus dudas al principio y los miedos (¡normales!) y verdaderamente me alegro mucho.

    En cuanto a lo que comentas... yo tampoco me lo explico. En toda la mañana miro el móvil una vez para motivos personales. Que suele ser en los dos minutos que aprovecho para meterme algo entre pecho y espalda e ir al baño a la vez... jaja Vamos, que a menos que sea urgente, ni siquiera contesto. Y si es "urgente" contesto: "estoy trabajando" . Fin.
    Y aún así no me da tiempo...jaja Así que normal que al resto de la gente no le cunda (o lo que hagan, lo hagan mal)

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    1. Al principio más que miedos tuve terrores. Ten en cuenta que me pasé una semana enterita, con sus siete días y siete noches, pensando que tenía un aborto. Ese susto no se me quitó en todo el embarazo y siempre pensé que la podía perder.
      Además, estaba el hecho de mi edad, aunque no la perdiera pensaba que podía venir con algún problema...
      Un beso

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  9. Es increíble cómo cambian las cosas. Tengo bien frescas tus entradas de cuando estabas embarazada, y las anteriores al embarazo, en las que no había bebé en casa, y me da por repetir: "qué increíble" :) Disfruta mucho estos quince días, luego que venga lo que venga.
    Sobre tu párrafo añadido: cómo te entiendo. Realmente quisiera ayuda en casa; el papá de mi niña coopera, pero no lo suficiente desde mi punto de vista, y yo no tengo altas expectativas, al contrario, hago lo indispensable, pero qué difícil se me hace. Admiro mucho cómo otras mujeres se las arreglan. Bueno... ya vamos mejorando, pero ¡cómo me gustaría tener una empleada, o un empleado, que también estaría muy bien!

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    1. Como le decía a Irene, los inicios del embarazo fueron muy duros.

      Sobre la ayuda en casa, se que tú también la agradecerías mucho. Yo alucino con las mujeres resolutivas que lo mismo cocinan, que friegan que crían al bebé. Son dignas de admiración. Yo valgo para muchas cosas, pero para ser todo terreno en materia doméstica, claramente no.
      Un beso

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  10. Para que luego digan de los entrenadores personales. Lo que hay que hacer es poner una niña en nuestra vida y contar al mismo tiempo con la eficaz colaboración de M.
    Buen regreso al trabajo. Al otro trabajo.
    Besos.

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    1. jajajaja, tienes toda la razón. Mi niña es mi mejor entrenador personal. Primero por el movimiento físico al que me somete y segundo porque me supone una motivación estar en mejor forma física por ella. Yo quiero ser la yaya de la clase cuando empiece a ir al cole.
      Un beso

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  11. Me uno a tu reconocimiento a todas aquellas personas sin cuya ayuda no sería posible trabajar, cuidar niños, llevar una casa...y seguir cuerda! En mi caso, M (igual que la tuya) es imprescindible en mi casa. Te cuento un secreto: cuando las vacaciones llegan a su fin yo no sufro la famosa depresión, qué va, yo me alegro porque eso significa que M vuelve!!!

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    1. jajajajaja, yo también la echo de menos cuando nos vamos de vacaciones.
      Un beso

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  12. Me uno a tu reconocimiento a todas aquellas personas sin cuya ayuda no sería posible trabajar, cuidar niños, llevar una casa...y seguir cuerda! En mi caso, M (igual que la tuya) es imprescindible en mi casa. Te cuento un secreto: cuando las vacaciones llegan a su fin yo no sufro la famosa depresión, qué va, yo me alegro porque eso significa que M vuelve!!!

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  13. Ya nos irás contando cuando te reincorpores, yo prefiero pensar q en breve, recorreré el comino inverso al que tu vas a empezar..., es todo un reto, un sueño y una ilusión, porque sabes, no hace tanto que yo era buena trabajando, porque me gustaba lo que hacía y porque lo hacía con gusto y eso, tengo que intentar recuperarlo.
    Lo de tener un segundo par de manos en casa es impagable, da igual que tus pantalones sean de hace tes temporadas o que a tus botas les hayas echado media suelas cinco veces...
    Yo se lo agradezco a mi segundo par de manos cada día y se lo repito siempre q tengo ocasión, mi vida, no sería, ni hubiera sido la misma sin ella que es mi sombra desde hace más de once años...
    Besos

    Lou

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    1. Me has dado una alegría con lo de tu camino inverso. Seguro que te irá fenomenal.
      Un beso

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  14. Hola, te/ os invito a que participéis en un certamen de micro relatos participativos:

    Puedes clickar aquí, gracias por vuestra atención.

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  15. ¡Qué guay, nena! Y sí que es increíble lo que puede llegar a cambiar la vida :)

    Ciertamente es impagable tener en casa a alguien de confianza, que en mi opinión y experiencia no es algo fácil de encontrar.

    ¡Feliz vuelta al trabajo!

    Besos

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    1. Nada fácil de encontrar. Yo he tenido alguna mala experiencia, no con los niños, sino en el sentido de ser alguien que no te da confianza, que no hace nada como le dices e intenta engañar. En fin, esas cosas de sensaciones negativas que son difíciles de explicar pero que cuando las tienes hay que hacerlas caso porque suelen ser avisos.
      Un beso

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  16. Me ha encantado el final de post. Me encanta la forma en la que lo expresas.
    Ánimo con la vuelta, estoy segura de que será menos traumática de lo que imaginas, ya lo verás.
    Un besote!

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