Hoy día siete de diciembre cumplen años mi hijo el mediano y la pequeña. Doce y dos años respectivamente.
El siete de diciembre de 2004 yo me levanté a las siete de la mañana, me arreglé y me fui a trabajar. El día anterior había sido festivo y estuvimos enseñando la iluminación navideña a la pequeña L de 16 meses, también recuerdo que la llevamos a montar en los caballitos de Serrano y que yo me sentía muy cansada.
Me tendría que haber cogido el día 7 de vacaciones al estar entre dos festivos y estar ya de 38 semanas de embarazo, pero quería dejar terminado un proyecto del que solo me quedaban cuatro remates.
Estaba bastante sola en la oficina y me cundió mucho la jornada. A las 3 me levanté para irme a casa y al ponerme de pie, rompí aguas. Llamé a mi marido al móvil pero no cogía, llamé a mis padres, que se habían ido de puente fuera de Madrid, así que llamé a una de mis mejores amigas, Arancha, que se fui directa a esperarme al hospital.
Yo cogí un taxi, en principio pretendía ir a mi casa a por la maleta del hospital, pero cuando el taxista me oyó hablar por teléfono contando que había roto aguas, frenó en seco y me dijo: "señora, mejor la llevo a un hospital". Y así fue.
Cuando me exploraron vieron que ya estaba bastante dilatada, ¡y no había tenido ni un solo dolor!, nada que ver con mi primer parto. Mi amiga consiguió localizar a mi marido, que llegó casi in extremis cuando me bajaban al paritorio.
Fue un parto rápido, con epidural, en el que en ningún momento sentí ningún dolor. Colofón perfecto para un embarazo sin ningún problema, al que no hice mucho caso porque estaba demasiado ocupada con la pequeña L. Mi hijo nació sanito, precioso, morenazo de ojos negros, se agarró al pecho sin problemas, y todo fue facilísimo con él. La guerra empezaría a darla muchos años después con el tema estudios, pero por aquel entonces, eso quedaba lejano.
Ya he dicho más veces que el momento de mayor subidón de energía y alegría de mi vida han sido mis tres partos. Ese amor enorme que brota de golpe, esa sensación de triunfo, es una experiencia inenarrable. Mis hormonas se ponen en modo fuegos artificiales on.
El siete de diciembre de 2014 ya llevaba semanas de baja porque el final de mi tercer embarazo fue complicado. Tenía ciática y tensión alta. Pasé mucho miedo durante todo el embarazo, desde el inicio que ya empezó con historias raras y además al tener yo cuarenta años, me sentía que añadía riesgo por mi edad. No quise hacerme amniocentesis y asumí desde el principio que aceptaría lo que tuviera que ser, pero eso no quita para que pasara miedo. En este embarazo recé tanto que estoy convalidada con tercero de monja de clausura, no digo más.
Se supone que la niña se iba a adelantar porque llevaba encajada semanas, lo que me provocaba la ciática salvaje. Pero no nacía, y justo el día 7 que cumplía 10 años el Niño, venía la familia de Galicia y teníamos fiesta organizada, decidió la pequeña que era el mejor día para hacer acto de presencia.
Estaba dormida de madrugada, cuando noté que me empapaba entera. En ese momento fue como: ¿rotura de aguas?, no no, que hoy me viene fatal, voy a ver si me duermo de nuevo y esto que sea un sueño. Al final tuve que asumir la situación y llamar a mi hermana para que se quedara con los dos mayores, que dormían plácidamente, e irme al hospital con mi marido.
Había roto aguas, pero no estaba de parto ni dilatada. Así que me pasé toda la noche y toda la jornada siguiente, hasta que a las seis de la tarde nació.
Tuve algunas contracciones dolorosas, pero algo muy soportable, y el parto fue con epidural. Qué inmensa alegría cuando tras varios empujones me pusieron a mi pequeña encima, ella estaba llorando, pero en cuanto me miró, se quedó callada mirándome muy seria. Era preciosa y perfecta, estaba sana y no tenía ningún problema de nada. A la felicidad se unió un sentimiento de tranquilidad infinita.
La pequeña nos ha unido aún más como familia y nos tiene a todos loquitos con ella. Nos hace más felices y ha mejorado nuestras vidas, aunque ahora durmamos menos y tengamos más ojeras.
Queridos hijos míos, os quiero con locura, FELIZ CUMPLEAÑOS.
No me había quedado con que habían nacido el mismo día!
ResponderEliminarQue dos jornadas para recordar, toooooodas las historias de partos me emocionan. <3
Felicidades a tus retoños y a la madre que los parió!
Muas!
Gracias hermosa. Que te gustan las historias de partos, pues hoy ración doble. Siempre en sus cumpleaños recuerdo sus nacimientos con mucha emoción.
EliminarUn beso
Lo que te gusta parir un 7 de diciembre...
ResponderEliminar¡Muchas felicidades a ambos!
jajajajaja, es mi día favorito para un parto.
EliminarUn beso
oooh (ojitos de corazón) qué hermoso!
ResponderEliminarfelicidades a los cumpleañeros y a la familia entera =)
Muchas gracias
EliminarQué bonitas historias :) Qué bonito querer así.
ResponderEliminar¡Felicidades a todos!
Muchas gracias Silvia. El amor de madre es lo más bonito que hay
EliminarFelicidades. Qué gusto de partos. Un beso.
ResponderEliminarEl primer parto no fue así de bueno, creo que ya lo recordé en algún cumple de la mayor. Estuve desde las 8 de la tarde hasta las 7 de la mañana dilatando sin epidural con dolores horribles. No nació hasta las doce del mediodía.
EliminarAl lado de eso, los otros dos me parecieron gloria bendita.
Un beso
No los vas a querer tú con locura, siendo su madre, si has conseguido con tus escritos que los encontremos adorables también quienes pasamos por aquí a leerte.
ResponderEliminarMuchas felicidades a los homenajeados y a toda la familia.
Besos.
Muchas gracias Macondo
EliminarFeliz cumple a ambos! disfruten el dia!
ResponderEliminarGracias, disfrutamos mucho todos
EliminarFelicidades a los dos! A disfrutar!
ResponderEliminarBesines
¡Gracias!
EliminarMuchas felicidades a ambos!!! Hija, qué gusto de partos has tenido, eso de "dolores soportables" como mucho no lo había oído yo nunca.
ResponderEliminarUn beso!
El primero no fue así, ya le he comentado a Susana, fue muy doloroso.
EliminarEstos dos fueron buenos pero hay truco, en ambos, en cuanto estaba suficientemente dilatada me pudieron epidural. Para mi es el invento, soy fan de la química que quita el dolor, y ni me ralentizó el parto ni tuve ninguna contraindicación.
Un beso
¡Felicidades a los dos! Madre mía, dos años ya la peque... Me acuerdo cuando nos contabas "con miedo" que estabas embarazada. Espero que lo pasárais muy bien, besos!!!
ResponderEliminarA mi también se me han pasado volando estos dos años.
EliminarEl cumple doble estuvo genial, vino toda la familia a casa y nos tocó cantar el cumpleaños feliz como unas veinticinco veces. La niña no se hartaba de soplar velas y aplaudirse.
Un beso
Felicidades a tus dos polluelos y a ti!! Qué bonito el post de hoy.
ResponderEliminarBesitos!
Gracias Ali, un beso
EliminarAnda, y yo sin enterarme hasta ahora de que dos de tus retoños compartían cumple, como mi Hada y mi Garbanzo!.
ResponderEliminarMuy feliz cumpleaños a los dos, a la mami y al resto de la familia. Feliz resto de puente, yo, nosotros, hemos huído a León, intentando escapar de
Lo recuerdos.
Lou
Lou, no te acordabas pero lo sabías, porque me sonaba lo de tus hijos, y efectivamente, lo comentaste en la entrada del nacimiento de la pequeña y en la del primer cumple, jajajajaja.
EliminarDemasiado recordamos, con tantas cosas.
Un beso hermosa y que disfrutes el puente en León
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarFeliz cumpleaños Mattitos!!!
ResponderEliminarVoy tarde porque en el puente he estado vaga pero espero que haya sido un feliz cumpleaños doble :D
ResponderEliminarQue risa me ha dado con lo de la convalidación de tercero de monja de clausura jajajajaja aunque te entiendo perfectamente.
Besos
es precioso matt...
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