Si hay algo de lo que me arrepiento profundamente es de lo
impaciente que he sido toda mi vida. A los cinco años estaba impaciente por
tener ocho, recuerdo la sensación con total nitidez, el ocho era mi número
favorito y por esas conexiones que tienen los niños, pensaba que en mi número
favorito todo sería bueno. Recuerdo la impaciencia porque salieran notas de
exámenes. Impaciencia porque terminaran los meses de embarazo, porque mis hijos
ya no necesitaran pañal, porque empezaran unas vacaciones, porque se resolviera
el caso del libro de misterio que estaba leyendo. Siempre impaciente.
¿Para qué esa impaciencia? ¿Para que ese desgaste que
produce el deseo de que el tiempo avance a otro ritmo? De pronto he sido
consciente de lo rápido que pasa todo. Me sorprendo continuamente con mis 40
años recién cumplidos. Me lo repito mucho: 40 años. Y no me lo creo. No tengo
ninguna crisis existencial, ni me molestan mis años. Estoy feliz de cumplirlos
porque la alternativa sería estar muerta. Pero a la vez pienso ¿cómo es
posible?, ¿cómo ha pasado todo tan rápido?. Hay una parte fundamental de mi que
siento igual que cuando a los 4 años me columpiaba tan fuerte que creía que
algún día saldría volando, igual que cuando salía con mis amigas a bailar toda
la noche, igual que cuando llegué del hospital con mi hija recién nacida, igual
que con 20 años, igual que siempre. Pero lo cierto es que no es así, todo va
cambiando y acabándose.
Ahora no quiero ser impaciente, quiero que todo vaya
despacio. Quiero disfrutar del paso lento del tiempo, que tarde todo mucho, que
me permita quedarme con la mirada perdida recordando lo que he hecho ese día, o
lo que han dicho mis hijos… porque como dice la canción: pasa la vida, igual
que pasa el tiempo cuando el rio busca al mar.
Hace años me di cuenta de eso, de lo rápido que pasaba todo cuando uno siempre está pendiente de que llegue algo. Así qué dejé de hacerlo. A veces es difícil, pero he llegado a disfrutar más de todo. En mi trabajo, desde el lunes todo el mundo está deseando qe llegue el fin de semana, o las vacaciones, o el próximo puente, y yo les digo: pero si es martes, disfruta de la semana, o, pero si es enero, para qué quieres que llegue la Semana Santa o el verano??
ResponderEliminarMe ha costado, y a veces no puedo evitarlo, pero. Cada vez disfruto más del día a día.
Besos.
Yo he tardado en darme cuenta, soy muy torpe a veces para cosas muy básicas. Pero he sido tan consciente que voy a hacer un gran esfuerzo para cambiar el chip.
EliminarUn beso!
Yo he sido también siempre muy impaciente. Y sé que me he perdido muchas cosas por esperar o correr a ver el final.
ResponderEliminarDe un tiempo a esta parte, la vida me ha enseñado a esperar, y esperar y esperar... Pero estoy agradecida porque disfruto mucho más de casa paso, cada momento, cada lectura...
Eso sí, no garantizo que los 40 lleguen sin crisis! Jaja
Besos
Jajajajajajaja fuera crisis!! Yo me siento genial y seguro que tú también cuando llegue el día.
EliminarUn beso
Bueno, yo en parte sigo siendo impaciente, pero no para las grandes cosas. Cuando veo los cursos que estudian ya mis hijos me deprimo, así que de prisas gordas, nada.
ResponderEliminarLo que si comparto es que me siento como si tuviera 10 años (si estoy en el parque), o 20 (si salimos alguna noche las amigas), o incluso 18 (vamos, como si tuviera que elegir carrera). Pero vamos, que enseguida llega mi hija para decirme que "no hagas eso mamá..." y volverme a todo mi ser. Bueno, no del todo, jejeje, que para eso una también acaba de cumplir 40 añitos de nada.
Qué buena cosecha la del 73 ;)
EliminarUn beso!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarSuscribo , cosecha pata negra
EliminarYo también tiendo a la impaciencia para algunas cosas.. haces bien en buscar que sea todo mas tranquilo, ir disfrutando cada cosa, a su tiempo..
ResponderEliminarbeso, buena semana
A ver si lo consigo!. Un beso
EliminarAy tía que no, que eso lo llevamos en la sangre, que no podemos parar. Que somos así y... querida es mejor la cosecha del 74, la uva fue mejor. Soy como tu, y así tal y como lo cuentas, pero lo hemos disfrutado y estamos hambrientas por seguir disfrutando.
ResponderEliminarJajajajajajaja me parto!!! Es otra visión del asunto, je.
EliminarUn beso!
Yo creo que la del 73 con diferencia es la mejor.
EliminarBesos.
Pues yo me he emocionado.
ResponderEliminarPor algo dirán que la paciencia es una virtud...
Una virtud difícil para algunos. Un beso
EliminarDejé la impaciencia de los "momentos vitales" pero conservo la de la cotidianidad... ojalá se vaya yendo. También me asombra la edad que tengo.
ResponderEliminarSuperar la impaciencia cotidiana es ya para nota!.
EliminarUn beso
De impaciente a impaciente, que absurdo todo ¿verdad Matt? Que prisas más estúpidas si las cosas buenas o malas llegan igual, cuando deben llegar, y acelerar los tiempos no sirve de nada más que para perderse el presente, que es lo único que de verdad tenemos y vale la pena vivir.
ResponderEliminarAprovecha, porque no sé si es normal, pero yo hasta hace poco me sentía como si tuviera 20, y no me refiero a estar bien fisicamente ni nada de eso, era una cuestión mental, pero desde hace un año o así, me siento mayor, viejuna, como si de repente me hubiera vuelto consciente de mi verdadera edad, y no me está gustando nada la sensación. Los 40 son maravillosos, aprovéchalos.
Besazos
Muy bien expresado el punto absurdo que tiene la impaciencia.
EliminarEn cuanto a la conciencia de ls edad, doy por hecho que en algún momento debe llegar, yo vivo inconsciente en ese sentido...
Un beso Inma
Ufff, como tú en todo... pero aún sin darme cuenta de que es mejor que todo pase lento... tendré que esperar a cumplir los 40 para cambiar el chip?
ResponderEliminarEspero que no!
Bs.
Pues igual sí! Yo ya lo sabia pero no lo tenía interiorizado de verdad.
EliminarUn beso
Yo de pequeña era muy impaciente, también. De adolescente, ni hablemos... Ahora soy el Santo Job. Jajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarMuy bien Alter!, tú eres muy sabia. Un beso
EliminarA mí me pasa lo contrario, a veces desearía ser impaciente, me ahorraría muchas desilusiones. Siempre he pecado de todo lo contrario, aunque en mi trabajo es mi mejor virtud.
ResponderEliminarMe despierta curiosidad saber cual es tu trabajo. Te he leído referencias que me tienen despistada, aunque me parece que no debes querer decirlo.
EliminarUn beso
Mis primeros años pasaron muy despacio y los siguientes han volado, así que no me da tiempo a desear que lleguen las cosas. Llegan muy rápido. Un beso.
ResponderEliminarEn general la infancia pasa lentamente. Recuerdo que los cursos eran eternos y todo cambiaba mucho de uno a otro. Ahora es justo al revés. Un beso
EliminarYo antes era así , pero a los 21 me pase, estuve 9 meses viviendo en un nervio impaciente insano quería hizo cambiar y empezar a vivir
ResponderEliminarPues mira tú que bien, lo pronto que aprendiste la lección. Lo mío nunca ha sido tan intenso, simplemente impaciencia por algo que pensaba que sería mejor que lo de ese momento.
EliminarUn beso!
Recuerdo cuando Alejandro Sanz sacó la canción de "viviendo deprisa". Mi hermana me dedicaba la frase esa que decía "viviendo tan deprisa la vida no se aprecia". Últimamente la tengo muy presente, pero claro, también depende de con quién te compares. Ahí algunos que parecen vegetales y sus días son todos iguales. Tampoco quiero eso, jajaja.
ResponderEliminarCreo que se debe poder tener una vida intensa y plena, pero sin impaciencia. Yo quiero seguir haciendo muchas cosas pero deleitandome en ellas incluso en su parte aburrida.
EliminarUn beso!
Matt:
ResponderEliminarMe ha pasado igual que a ti!!!, muy impaciente siempre por lo que vendrá... y no se ni con que fin...
El tema es que también me he ido pausando con los años y ahora, espero vivir cada cosa a su tiempo, pero ya sembré en mi hija el mismo defecto y ella es la REINA de las impacientes jajaja..., que a veces me vuelve loca... Ella siempre está contando los días para su cumpleaños, navidad, Halloween, día del niño, para las vacaciones, para llegar a un destino, etc... ¿a quién habrá salido?...
Un abrazo gordo!
ay!!, mis hijos hacen lo mismo!!, siempre están llevando la cuenta (literalmente) de los días que faltan para el siguiente evento interesante para ellos.
EliminarUn beso!
¡Como te entiendo! Ese es mi gran defecto, la impaciencia.
ResponderEliminarGracias a Dios y a los años, ahora incluso disfruto con la espera ¡quién lo diría!
Creo que mi impaciencia ha ido de la mano de mis fuerzas físicas y ahora no tengo ninguna prisa jajajajaj.
Besazo