miércoles, 14 de octubre de 2015

Mi opinión sobre las actividades extraescolares


Estoy teniendo un día un tanto extraño ya que por motivos varios, me he tenido que coger el día libre y una vez terminada la obligación, resulta que la nena está durmiendo muchísimo.

He pasado a leer mis blogs favoritos y esta entrada de Ro sobre las extraescolares me da pie a escribiros cómo llevamos este tema en casa.

En principio soy partidaria de elegir las extraescolares que le interesen al niño, que no las elijan los padres, y que sean compatibles con tener tiempo libre. Esa es la teoría, pero luego la realidad se impone y resulta que tienes una hija que quiere hacer muchísimas y un hijo que no querría hacer casi ninguna. Así que a la Niña mayor la tengo que dejar sin hacer cosas que querría y al Niño le obligo a hacer alguna para que no se amodorre.

A las circunstancias de los chiquillos en cuestión, se unen las circunstancias de horarios escolares  y laborales. Por nuestros horarios de trabajo, mis hijos siempre se han quedado a comedor y su horario de clases es de 9 a 12:30, y de 15 a 17 horas. Como veis tienen un desierto en el bloque central del día, que miles de academias y escuelas han sabido aprovechar en nuestro cole. La oferta de extraescolares es de asustar. Pueden hacer de todo en ese rato enorme que les sobra al mediodía después de comer. Desde esgrima, chino, ajedrez pasando por el violín.

El Niño hace judo, le gusta pero realmente fue medio dirigido. Le dijimos que tenía que hacer algo del deporte que ofrecen en el colegio al mediodía y él eligió judo. También es del coro del colegio, esa es su actividad favorita, le encanta la música y cantar. De esta manera tiene cuatro mediodías ocupado, el viernes libre. Además el sábado por la mañana va a clase de tenis. Es mi actividad favorita a la que llevan yendo desde los cinco años. Nos obliga a estar la mañana del sábado al aire libre haciendo una actividad que les encanta. Marido, ahora la enana, y yo, paseamos por el club, y ellos juegan.

La Niña mayor querría hacer de todo, el día que reparten las hojas de extraescolares para ella es un día de máxima emoción y estrés. Después de mucho negociar y recortar sus expectativas, finalmente hace gimnasia rítmica, piano y entrena en el equipo de baloncesto del colegio. Además de ir a clases de tenis los sábados por la mañana. Hasta el año pasado también hacía judo, pero este año la dimos a elegir solo tres actividades en el cole y éstas fueron sus finalistas.

En el tema de extraescolares creo que es difícil hablar en general – como en casi todo en la vida -. Depende de los niños, de los padres y de las circunstancias de ambos.

En mi opinión hay que intentar que sean actividades que les gusten, que mantengan en el tiempo (mis hijos llevan haciendo prácticamente lo mismo, con pequeños cambios, desde hace años) y que se ajusten a horarios familiares y escolares. Importante que no les quite tiempo de hacer deberes y de tener tiempo libre.

Al Niño le encantaría seguir yendo al equipo de natación pero tuvimos que quitarle porque era por las tardes, y cuando sale del colegio, ya solo tiene tiempo de merendar, hacer deberes y poco más. En nuestra casa se cena a las ocho y se acuestan a las nueve, así que da para poco la tarde. Pero aprovechamos todo ese tiempo que tienen medio perdido al mediodía en el colegio.

Lo que no me gusta es el enfoque de actividades aparca niños e impuestas por los padres en base a frustraciones de su propia vida. En plan, me chiflaría tocar el violín, como yo no tuve oportunidad voy a apuntar a mis retoños así los niños me supliquen que no quieren ir.

Quitando esos casos puntuales, creo que la mala prensa que tiene en muchos casos el que los niños hagan actividades no está justificada.

Y hablo del tema en primera persona y con conocimiento de causa, porque yo fui una niña que hice muchas actividades, lo cual cuando yo era pequeña no era tan habitual hoy en día, y muchas veces me decían lo de “pero bonitaaaa, dile a tu mamá que no vas a tener tiempo de jugaaarrrr”. Léase con tonito pedagógico molestón.

En mi caso, tenía pocos deberes para hacer en casa, casi siempre los traía hechos del colegio, y para mí era mucho más divertido pasar las tardes en mis clases. Desde los ocho años hasta los diecisiete – dejé estas extraescolares cuando me fui de casa para estudiar COU – estuve haciendo solfeo, piano, inglés y karate. Terminé solfeo y coral en el conservatorio y llegué hasta cuarto de piano. En inglés me examinaba por libre en la Escuela Oficial de Idiomas y en karate llegué a cinturón marrón. Con esto quiero decir que eran unas clases que me tomaba relativamente en serio, y aun así, eran diversión. Era aprender, pero también era estar con amigos, conocer gente nueva, nuevos profesores, ir y venir andando a casa, acompañar a una amiga a la suya para que al llegar ella me acompañase a mí… En fin, que mis tardes eran más divertidas y enriquecedoras que si me hubiera quedado en casa haciendo deberes, jugando y viendo la tele.

Además siempre tuve tiempo de jugar y de leer. El tiempo de un niño se puede estirar muchísimo.

El problema hoy en día es la cantidad de deberes que les mandan y los horarios del infierno de los padres. Eso condiciona que no puedan hacer cosas que querrían por estar en casa repitiendo una y otra vez lo que deberían traer hecho del colegio. Y en muchos casos por culpa de horarios extensos de los padres, tienen que hacer actividades que a los niños no les interesa en absoluto.
Esa es mi opinión y vivencia personal. ¿Cómo lo veis vosotros?.

18 comentarios:

  1. En realidad, pienso que como dices depende de padres, hijos y circunstancias. :)
    Pero mojándome un poco, ahí va mi visión del tema. Creo que lo primordial es que al niño le guste. Si hay algo que le motiva, genial, yo iría por ahí. Pero puede darse el caso de que no le interese nada y que haya que darle un empujoncito, por lo que no me parece mal apuntarlo a algo y probar. Si le mola, que siga, y si no le mola, no obligarlo.
    Ahora va el caso práctico. A Peque le gusta la música y le sugerí apuntarlo este año (antes no veía ninguna necesidad). Pregunté por las clases de música, y me pareció un pastizal. No digo que no lo valga, pero creo que le sacará más provecho el año que viene, así que esperaremos y reevaluaremos. :)
    Gran tema el de hoy!
    Muas!

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    1. Peque todavía es pequeño. Si le gusta la música yo creo que es una formación buenísima que les (nos) viene bien en muchos terrenos.
      Lo que pasa con la música es que implica bastante esfuerzo, así que le tiene que gustar para que siga.
      Un beso

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  2. Me parece genial lo de aprovechar los mediodías. Los míos también han hecho alguna actividad a las cuatro (el kárate, precisamente) cuando se quedaban a comer en el comedor. Pero es que nosotros tenemos jornada continua, por tanto la tarde es más larga, a pesar de cenar a las ocho y acostarnos a las nueve también.

    El mío mayor creo que este año quiere hacer varias cosas como excusa para salir de casa y ver a sus amigos a diario. y además se ha apuntado a un equipo de voleibol mayoritariamente de chicas (las más guapas del insti, mamá), así que tiene más razones de peso para ir. Y el inglés, algo que no me había planteado nunca, lo ha pedido él por salir fuera con cierto nivel. Quiere volar ya, y a mí me da pánico.

    Besos.

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    1. Ay Ro, qué mayor está ya tu mayor. Entiendo el pánico pero todo lo que cuentas de él suena muy bien, así que no te queda otra que dejarle volar y confiar en que todo va a ir bien. Lo del inglés creo que es fundamental para que salgan con buen nivel. En el colegio de mis hijos dan muchas horas y por ahora veo que van muy bien, así que no me planteo más refuerzo, pero ya veremos más adelante.
      Un beso

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  3. Mi Hada no quiere extra escolares, pasó un año por gimnasia rítmica y dos por piano, pero no le gustaba demasiado, los chicos son muy aficionados al baloncesto, están federados y entrenan dos veces por semana..., además de jugar el partido oficial los sábados. Ahí empieza el problema, los dos días de entrenamiento de mi Sol no son los dos días de entrenamiento de Garbanzo, así que ahí me tienes a mí,yendo al colé a las 4:30 a por Hada y el que toque, y luego a las 6 los lunes martes, jueves y viernes a por el que me falte. Este finde uno juega en Las Rozas a las 9 y otro en Alcorcon a las 12, y Hada dirá que tiene que estudiar.... Y yo también quiero extraescolares, de bolillos, ganchillo o macramé, me da igual, y lo que tengo es un master como taxista que no veas, en fin, que adoro las extraescolares...
    Lou

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    1. Lo de los partidos los fines de semana es matador. Nosotros tuvimos torneos de tenis el año pasado y empezamos con mucha ilusión y acabamos hartitos.
      Lo de hacer extraescolares nosotras no estaría mal. A mi no me da por el ganchillo, ya lo sabes, pero me encantaría escaparme un par de tardes al Goethe a ver si pongo al día mi olvidadísimo alemán... Por ahora imposible, pero algún día llegará.
      Un beso

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  4. Esa egoísta ilusión de los padres porque sus hijos tengan las vivencias que a ellos les hubiera gustado me pone de los nervios, particularmente la de aquellos que convierten el partido dominical del chaval en una amargura, aspirando a que el día de mañana sea un Messi o un Cristiano y les retire de trabajar para convertirles en sus representantes. Pobres críos. Deseando que llegue el lunes para volver al cole y que su progenitor le deje en paz.
    Besos.

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    1. Ay sí, pobres niños. Había oído lo del fanatismo paternal en algunos partidos y no me lo creía, hasta que lo vi con mis propios ojos.
      Es muy patético. Pobres hijos.
      Un beso

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  5. Yo sólo puedo hablar por lo que viví yo y la verdad es que yo era de pocas actividades y sobre todo bastante veleta. Hice de todo nada me gustaba, probé con natación porque le gustaba a mi madre. al segundo día que sali llorando a moco tendido me quitó. Hice gimnasia rítmica porque mi prima la hacía. Un año y me quité porque no me gustaba. Hice kárate dos años y me aburría como una mona. Total, que asumo mi culpa, era un coñazo de niña. Y mi madre tuvo que tragar y dejarme en casa en modo autista sin querer relacionarme con gente y leyendo y pintando como una ermitaña.
    En fin, que estoy de acuerdo contigo, hay que buscar un equilibrio y tener hijos tan buenos como los tuyos.

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    1. ¿hijos tan buenos como los míos?, jajajajaja. No te creas, que tienen su miga también. En cualquier caso son más buenos que malos, eso es verdad :)
      Si en tu caso no te gustaba ninguna actividad de las que hacías, pues tan ricamente en tu casa, claro que sí. Cada persona es un mundo. A ti a la larga, esos ratos de estar a tu bola te han dado para convertirte en una bloguera genial.
      Un beso

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  6. Mis hijos han hecho una sola actividad cada uno. Aun así me pasaba el día yendo y viniendo. Un beso.

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    1. Si eran por las tardes y teniendo tres hijos, normal que tuvieras trajín.
      Un beso

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  7. Yo me quedo con tu reflexión final. Creo que el problema es que este tema no está guiado por los niños, sino por las circunstancias de los padres, en la mayoría de los casos... así, los niños se apuntan a cosas que quieren los padres y para que estén entretenidos el tiempo que no tienen donde dejarlos.
    Por ejemplo, la escuela de verano, que no es lo mismo pero creo que el ejemplo vale igual, a mi me parece una gran idea. Yo me aburría de lo lindo 3 meses sola... con lo cual me hubiera venido genial hacer cosas y hacer amigos. El problema de la escuela de verano es cuando te hacen levantarte a las 8 todo el santo verano para estar 2 meses yendo al cole de verano porque tus padres no pueden (en algunos casos es aún peor, y es que no quieren) quedarse contigo por las mañanas.
    Pues, con las clases particulares, más o menos igual. Y no lo juzgo, eh? Que es muy fácil verlo desde fuera, habrá que verme a mi cuando me toque... pero que en esta sociedad a veces nos lo montamos muy, muy mal.
    Un besote!

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    1. La verdad es que sí, tenemos un montaje de vida que en muchos casos es totalmente insano. Hay que intentar darle vueltas y buscar los recovecos para montárnoslo lo mejor posible, dentro de unas limitaciones impuestas. Yo dentro de lo malo, al menos paso las tardes con mis hijos y no me veo obligada a apuntarles por tener un sitio donde llevarles.
      Un beso

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  8. Pues yo creo que es como dices. cada familia es un mundo y harán (o no harán, que tampoco pasa nada) las que crean convenientes. Quizá ha habido un cambio en la mentalidad. Se ha pasado del comentario de "pero bonitaaaa, dile a tu mamá que no vas a tener tiempo de jugaaarrrr" al "Ah, ¿pero estos niños no hacen ninguna extraescolar?"
    Y todavía vemos casos de padres frustrados con las actividades que ellos no quisieron-pudieron hacer y apuntan al niño a esa actividad.

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    1. Tienes razón, cada persona y por lo tanto cada familia, es un mundo. Lo de café para todos no funciona por mucho que la gente se empeñe. Las fórmulas generales nunca funcionan y sin embargo la humanidad no para de buscarlas continuamente. Yo creo que cada vez más, de hecho. Corrientes de moda a las que se les da difusión en todos los medios que intentan que una actitud o comportamiento concreto se extienda porque se considera la panacea. Pues lo mismo con las actividades de los niños, antes los que hacíamos éramos los raros, y ahora es al revés. Pues mire no, depende de cada niño y cada caso.
      Un beso Pater

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  9. Pues creo que tienes razón... Entran en juego los deseos de los niños, los horarios... y los deberes (que creo que en primaria deberían estar prohibidos....) Hablo por lo que yo llevaba de deberes (que era poco y no todos los días de la semana... y encima muchas veces los llevaba hechos del colegio) Además, mi horario de colegio (y el de mi ciudad es así en todos...) era de 9 a 14 (ahora con los comedores, los niños están hasta las 16 si se quedan a comer) con lo cual tenía toda la tarde libre.
    Y en mi experiencia... yo también era muchísimo de extraescolerares... Iba al conservatorio donde hacía piano (por elección propia) Eso de por sí son 4 horas a la semana al principio (luego más... hasta 6-7 horas) más el tiempo de estudio del conservatorio. Estuve 7 años. Además... hacía gimnasia rítmica. Además, iba a las extraescolares gratis que tenía el colegio (iba a dos de ellas... el taller de "hilos", que era para hacer manualidades con lana y esas cositas...) y el taller de teatro. Además... iba a los juegos escolares (que eran unos campeonatos de muchos deportes que entre todos los colegios) y al final... al final tuve que ir dejando cosas por unas u otras cosas... pero aún así, durante el instituto seguí con el conservatorio y con natación.
    Sin embargo, mis hermanos, aparte del conservatorio, de niños hicieron judo y mi hermano pequeño lo dejó pronto porque no le gustaba... jaja,

    Pero vamos, si hay algo plagado de niños infelices, por mi experiencia... es el conservatorio. Montones de niños que están ahí por deseos paternos. Que luego hay niños que empiezan ahí por presión familiar y les encanta ¿eh? Y que quieren terminarlo hasta hacer el grado superior... pero... (tengo tres primos que iban... dos de ellos obligados, la pequeña entró obligada, pero le encanta... y ha decidido seguir... )
    Con los deportes también pasa (al menos yo lo he vivido en gimnasia artística, con niñas que estaban ahí 3 horas entrenando todos los días... A algunas les encantaba y otras... no sabían cómo decirles a los padres que no querían ir, porque tenían muchas expectativas sobre ellas...

    Eso sí... en mi caso, a las del colegio iba sola, y al conservatorio iba sola pero en autobús. Así que al menos no tenía que ir mi padre llevando y trayendo niños todo el rato, porque habría sido una locura... jaja :p

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  10. Esta entrada ha quedado muy redonda con los comentarios :)
    Yo creo, más o menos como han dicho varias, que la distribución del tiempo de los niños debería estar básicamente en función de los niños, de sus gustos, primero, y también de las necesidades que sus papás detecten, y que es fundamental que les quede tiempo sin actividades estructuradas. No obstante, en la vida familiar también los papás son protagonistas; cuentan sus recursos de tiempo y dinero, y algo que creo que no han dicho: también cuentan sus preferencias. Ahora me explico:
    Me parece nefasto ese intento de vivir en el hijo lo que no se puede o no su pudo vivir. Poco menos, pero también nefasto es el negarle a los hijos acceso a actividades porque a papá o mamá no le gustan; pero ahí matizaría: puede haber actividades que no "comulguen" con el estilo de vida familiar, o que las clases o talleres disponibles promuevan creencias o actitudes que no se deseen para los hijos, y bueno, pues hay que considerar eso...
    A mí me habría gustado estudiar inglés desde chica; nunca lo pedí porque no se me ocurrió; cuando lo pedí, me costearon las clases, pero ya estaba en secundaria. Los deportes los odiaba; me hicieron ir a natación, aunque no puedo decir que obligada porque nunca dije "no", y creo que fue muy bueno, aunque al principio sufría -de verdad, de sufrir-. En cuanto a las vacaciones, ahí sí, siempre quise estar en mi casita, jugar y ver televisión. ¡Se ve que en el caso de ustedes, la niña ha salido a ti!

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